El país suramericano es es segundo exportador de acero al territorio estadounidense.
Frente a la más reciente ofensiva comercial del presidente de EE.UU., Donald Trump, que amenaza con imponer nuevos aranceles recíprocos y tasas de 25 % a todas las importaciones de acero y aluminio, el Gobierno de Brasil descartó este lunes que, por ahora, apunte a gravar las empresas tecnológicas estadounidenses como medida de reciprocidad.
En una interacción, el ministro de Hacienda, Fernando Haddad, aseveró que “no es correcta la información” sobre esa supuesta acción de respuesta de Brasil, de pechar a las grandes tecnológicas norteamericanas.
El país suramericano es el segundo exportador de acero a EE.UU., país al que destina 48 % del total de su producción; mientras que envía 16 % de aluminio a la nación norteamericana, recoge Gaceta do Povo.
Haddad aseveró que el Gobierno “tomó la decisión sensata de solo pronunciarse de manera oportuna, basándose en decisiones concretas y no en anuncios que pudieran ser malinterpretados o revisados”. “Esperaremos la orientación del presidente”, añadió.
Por ahora, el mandatario brasileño no ha hecho ningún pronunciamiento sobre las medidas que podría adoptar su Gobierno. Sin embargo, en otras oportunidades se ha referido a la política de reciprocidad como algo “simple y democrático”.
“Necesario dar una respuesta”
Varios medios locales, entre ellos Folha, publicaron que el Ejecutivo brasileño “debería imponer impuestos a las plataformas digitales norteamericanas”, si Trump anunciaba oficialmente el aumento de los aranceles al acero y al aluminio.
En una columna publicada por ese diario, se citó a un funcionario del Ejecutivo bajo condición de anonimato, que aseguró que los gravámenes a las plataformas —también conocidos como ‘impuesto digital’— “tendrían varias ventajas sobre cualquier otra medida”.
Este ‘impuesto digital’ podría recaer sobre servicios de ‘streaming’, podcast y videos de grandes empresas estadounidenses como Amazon, Meta*, Google y Spotify.
En enero de 2024, la Comisión de Comercio Internacional de EE.UU. dejó sin efecto el impuesto de 103,4 % sobre los tubos de acero brasileños, establecido desde 1992.
En 2022 fueron eliminados los gravámenes a los laminados en frío, en caliente y a las chapas de acero al carbono.