En el futuro, este enfoque podría usarse para suprimir tanto el crecimiento del tumor primario como la formación de metástasis
Un equipo de investigadores de la Universidad de Basilea (Suiza) ha logrado transformar células de cáncer de mama en inofensivas células de grasa por medio de un innovador tratamiento terapéutico, según un estudio publicado esta semana en la revista Cell.
Las células tumorales pueden adaptarse a condiciones cambiantes gracias a su capacidad para reactivar un proceso celular, que es fundamental para el desarrollo embrionario: la transición epitelial-mesenquimatosa (EMT, por sus siglas en inglés). Esto permite a las células alterar sus propiedades moleculares y adquirir nuevas capacidades. Como resultado, se separan de su grupo original de células, migran a través del torrente sanguíneo a otras partes del cuerpo y forman metástasis.
Pero las células muestran un alto grado de plasticidad a medida que entran en el proceso EMT. Esta propiedad es la que han explotado los investigadores de la Universidad de Basilea para forzar la conversión de las células de cáncer de mama en un tipo diferente de célula.
En experimentos con ratones, implantados con una forma agresiva de cáncer de mama humano, los animales fueron tratados con una combinación de dos medicamentos: rosiglitazona, que se usa ampliamente para tratar a pacientes con diabetes, y trametinib, que inhibe el crecimiento y la diseminación de las células cancerosas.
Los resultados demostraron que las células malignas invasivas se convirtieron en adipocitos, que ya no podían dividirse, y apenas se diferenciaban de las células de grasa normales. Los fármacos también suprimieron el crecimiento de tumores primarios e impidieron que estos se metastatizaran en el organismo de los ratones.
“Las células de cáncer de mama que se sometieron al EMT no solo se diferenciaron en células de grasa, sino que también dejaron de proliferar por completo”, explicó Gerhard Christofori, autor principal del estudio. A largo plazo, estas “células cancerosas transformadas en adipocitos se mantienen como células grasas y no vuelven a convertirse en células de cáncer de mama”, agregó.
Según Christofori, en el futuro este enfoque terapéutico innovador podría usarse en combinación con la quimioterapia convencional para suprimir tanto el crecimiento del tumor primario como la formación de metástasis mortales.