Las actuaciones de los gimnastas estadounidenses en París, ganadores de medallas, están impulsando el deporte en el país, incluso entre quienes tradicionalmente son menos propensos a participar en la gimnasia.
El 30 de julio, día en que Simone Biles condujo al equipo femenino estadounidense a la medalla de oro, 35 millones de telespectadores siguieron la cobertura olímpica de la emisora NBC y Peacock. Un día antes, la rutina de Stephen Nedoroscik en el potro con arcos se hizo viral en las redes sociales. Su rutina también le valió la medalla de bronce, la primera del equipo masculino estadounidense en gimnasia desde 2008.
Tanya Berenson, directora de operaciones del centro “Beverly Hills Gymnastics Center”, afirma que el éxito de los olímpicos estadounidenses está atrayendo a la gente a este deporte y que, con el éxito del equipo masculino, vio una afluencia inmediata de chicos que querían apuntarse a las clases.
Un gimnasio de Virginia también informó de un gran aumento de chicos interesados (en inglés) en tomar clases de gimnasia tras la actuación de Nedoroscik en el potro con arcos. El joven de 25 años y pelo oscuro se quita las gafas antes de cada rutina, una transformación que los aficionados comparan con Clark Kent convirtiéndose en Superman.
Your dream came true, Mal. ♥️ #ParisOlympics pic.twitter.com/V0ECPob549
— On Her Turf (@OnHerTurf) August 12, 2024
Solo 1.000 muchachos compitieron en gimnasia en las escuelas secundarias estadounidenses durante un curso académico reciente, comparado con 16.000 muchachas, según el sitio de recopilación de datos Statista.
Aunque Nedoroscik, que padece una enfermedad que afecta su visión, pueda parecer un improbable ganador de dos medallas de bronce, no es el único que está redefiniendo quién puede triunfar en la gimnasia. A sus 27 años, Biles ganó cuatro medallas en París, convirtiéndose en la atleta olímpica estadounidense más condecorada en un deporte que solía estar dominado por adolescentes. Varias de las compañeras de equipo de Biles en París: Jade Carey, Jordan Chiles y Suni Lee, también rondan la veintena.
Frederick Richard espera que su aparición en París abra un camino para que haya más hombres afroestadounidenses en la gimnasia. “La gente no ve la gimnasia desde el punto de vista masculino”, declaró a la plataforma mediática Andscape. “Ves baloncesto todos los días, cuando agarras el teléfono, cuando vas por la calle, enciendes la televisión. No ves hablar de gimnasia”.
Berenson cree que eso está cambiando. Su colega, Darius Campbell, afirma que su empresa So Cal Gym Supply ha visto aumentar recientemente los pedidos de barras paralelas y potros con arcos, aparatos específicos para la competición masculina.
Y de los adultos que Berenson ha visto volver a la gimnasia durante los Juegos Olímpicos de París, el 70 % son hombres, algo que no había visto antes.