El subdirector de la Policía del país asiático, Surachate Hakparn, detalló que aún están esperando los resultados de la autopsia que confirmen de forma definitiva la causa de la muerte
La Policía tailandesa acusa a Daniel Sancho, hijo del acto español Rodolfo Sancho, del asesinato premeditado del cirujano colombiano Edwin Arrieta a principios de este mes en la isla de Ko Pha Ngan (Tailandia), según lo declaró este martes en rueda de prensa Surachate Hakparn, subdirector de Policía del país asiático, informa la agencia EFE.
“Hemos consultado al fiscal sobre algunas de las pruebas y son suficientemente consistentes para acusarle de asesinato premeditado, lo que conlleva la pena de muerte”, explicó, añadiendo que ahora será el fiscal quien estudie el caso y establezca la petición de pena de cara al proceso judicial.
Hakparn indicó que Sancho “apuñaló” a Arrieta durante una discusión y que la víctima se golpeó la cabeza contra el lavabo, después de lo cual descuartizó su cadáver con la ayuda de una sierra, si bien detalló que todavía están esperando los resultados de la autopsia que confirmen de forma concluyente la causa de la muerte.
Actuó solo
Asimismo, señaló que las pruebas forenses y las grabaciones de las cámaras de seguridad indican que el español actuó solo. Según apuntó, no hay evidencia alguna que haga sospechar que hubo más personas implicadas en el homicidio.
Hakparn —que suele participar en los sucesos de mayor gravedad o en los que están implicados extranjeros— dijo que de este modo concluye la investigación sobre la muerte del médico colombiano, aunque la Fiscalía todavía podría utilizar el plazo de 83 días para estudiar el caso y pedir más pruebas a la Policía antes de fijar la fecha del juicio.
Sancho y Arrieta, que se conocieron el año pasado a través de Instagram*, quedaron el pasado 2 de agosto, día en el que, presuntamente, ocurrió el asesinato y descuartizamiento del colombiano, cuyos restos fueron hallados en varias localizaciones, incluso en el mar.
Tres días después el español confesó el crimen a la Policía y, posteriormente, entró en prisión provisional. Las pesquisas se aceleraron, en parte, gracias a la colaboración activa del hombre de 29 años con las autoridades locales en la reconstrucción de los hechos.