LA JORNADA

Los humanos no somos los únicos primates que cooperan entre grupos

Cuando diferentes grupos de chimpancés bonobos se encuentran, suelen viajar, descansar y alimentarse juntos, mostrando un comportamiento muy distinto al de los chimpancés comunes, parientes cercanos suyos

Los humanos no somos los únicos primates que cooperan entre grupos
Los miembros de diferentes grupos de bonobos se toleraban entre ellos y fueron cordiales en la distribución de alimentos.

Un equipo de científicos de EE.UU. y Alemania ha descubierto que los chimpancés bonobos, también conocidos como chimpancés pigmeo (‘Pan paniscus’), pueden cooperar y compartir recursos con miembros de otro grupo de esta especie que no sea el de su ‘familia’. Se trata de unos chimpancés un poco más pequeños que los comunes y son unos de los parientes vivos más cercanos a los humanos.

Antes, este comportamiento se consideraba característico únicamente de los humanos, según detalla un comunicado de la Universidad de Harvard.

Los biólogos han observado también que nuestro otro pariente cercano, el chimpancé común, no solo no mantiene unos vínculos en los que no cooperan, sino que, por el contrario, las relaciones entre estos grupos de simios, cuando no están emparentados, son predominantemente hostiles y los enfrentamientos con resultados fatales son frecuentes.

Los investigadores observaron bonobos en la Reserva Natural de Kokolopori, en la República Democrática del Congo, y quedaron sorprendidos por lo diferente que era el comportamiento del pacífico ‘Pan paniscus’ respecto al de los chimpancés comunes (‘Pan troglodytes’).

Los miembros de diferentes grupos de bonobos se toleraban entre ellos y fueron cordiales en la distribución de alimentos. El estudio, publicado en la revista Science, indica que los bonobos no interactúan aleatoriamente entre grupos y que la cooperación solo la efectúan unos pocos seleccionados.

“Preferiblemente interactúan con miembros específicos de otros grupos que tienen más probabilidades de devolver el favor, lo que resulta en fuertes vínculos entre individuos prosociales”, comentó el autor principal del estudio, el profesor de Harvard Martin Surbeck. “Estas conexiones también son aspectos clave de la cooperación que se observa en las sociedades humanas”, señaló.

Los autores del estudio recalcaron que el comportamiento de los bonobos desafía la idea de que la guerra constante entre grupos vecinos no es necesariamente un legado humano y no parece evolutivamente inevitable.

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