El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, inició ante el Tribunal Supremo de su país su segundo mandato presidencial, pese a las denuncias de la oposición venezolana y las críticas y amenazas de gran parte de la comunidad internacional.
Las autoridades de Estados Unidos, la Unión Europea y la mayoría de países iberoamericanos acusan a Maduro de haber subvertido el proceso democrático en Venezuela y aseguran que las elecciones de 2018 no fueron libres ni justas.
Con el país sumido en una profunda crisis política y económica, el mandatario venezolano se encuentra decidido a seguir adelante y prevé permanecer en el poder al menos hasta 2025.
“El no reconocimiento del nuevo mandato del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, por varios países complicará la búsqueda de una solución política en el país sudamericano”, declaró en una entrevista con la agencia ‘Sputnik’ el embajador de Rusia en Venezuela, Vladímir Zaemski.
Las sanciones internacionales, sobre todo las impuestas por EEUU, han agravado las estrecheces de las arcas públicas venezolanas. Maduro cuantificó recientemente en 20.000 millones de dólares las pérdidas en 2018 para Venezuela a causa de las sanciones.
Sin embargo, muchos reconocen dudar de que las sanciones por sí solas basten para doblegar al presidente venezolano.
El investigador de la Washington Office of Latin America (WOLA) David Smilde, señaló a ‘BBC Mundo’ que “Maduro aún mantiene el control de las armas y del dinero, por lo que no parece que las cosas vayan a cambiar mucho a corto plazo”.
De acuerdo con el politólogo Roberto Santana, la situación actual en Venezuela podría dar lugar a un aislamiento diplomático del país a nivel regional.
“Como resultado, el Gobierno de Maduro va a apostar –y ya lo ha estado haciendo desde el año pasado– por el fortalecimiento de las relaciones con Rusia, China, la India, Turquía; en otras palabras, reorientar su economía hacia el mercado asiático, que se convirtió en el centro de la economía mundial en las últimas décadas” en vez de cooperar con los países de América y Europa, señaló Santana.
“Los pueblos de América Latina no están interesados en que sus gobiernos entren en conflicto. En vez de esto, están interesados en una mayor integración económica, social, diplomática y cultural de Latinoamérica, ya que beneficiaría a todos”, concluyó el politólogo.
Entre tanto, el Gobierno venezolano aseguró que la resolución del Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA), en la que se acuerda desconocer el nuevo mandato de Maduro, sienta un peligroso precedente para la región.
La semana pasada, 13 de los 14 miembros del Grupo de Lima aprobaron una declaración señalando que desconocen el nuevo mandato de Maduro por considerar que es producto de unas elecciones “ilegítimas”.
Por el momento, solo el Gobierno paraguayo ha anunciado la ruptura de relaciones diplomáticas con Venezuela tras la juramentación de Maduro.