Nicolás Maduro ha iniciado este jueves su segundo mandato como presidente de Venezuela rodeado negativas internacionales evidenciadas en la importante falta de representación política en el acto de investidura, así como en la ruptura de las relaciones bilaterales con varios de los Estados de la región iberoamericana como consecuencia de ello.
Unas jornadas antes de que se llevaba a cabo la ceremonia que consagraba a Maduro nuevamente como mandatario, los países integrantes del Grupo Lima –conformado por Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía–, a excepción del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, instó al venezolano a no iniciar un segundo mandato, transfiriendo de forma provisional el poder a la Asamblea Nacional, liderada por la oposición.
Según la agrupación, el proceso electoral del 20 de mayo “carece de legitimidad por no haber contado con la participación de todos los actores políticos venezolanos, ni con la presencia de observadores internacionales independientes, ni con las garantías y estándares internacionales necesarios para un proceso libre, justo y transparente”. Consecuentemente, aseguraron que “no reconocen la legitimidad del nuevo periodo presidencial del régimen de Nicolás Maduro”, un hecho que se ha extendido a otro países.
Brasil, Colombia, Argentina, Perú, Paraguay, Estados Unidos o Canadá, fueron los primeros Estados en incidir en su no reconocimiento del nuevo mandato de Maduro en el país caribeño, al tiempo que entes como la Unión Europea, o agrupaciones como la Organización de Estados América (OEA), determinaron el Gobierno chavista como “no legítimo”, asegurando que se tomarán nuevas medidas diplomáticas y sanciones como respuesta.
Países a favor
Solamente cuatro presidentes latinoamericanos acudieron al acto de toma de posesión en Caracas: Evo Morales, de Bolivia; Miguel Díaz-Canel, de Cuba; Salvador Sánchez Cerén, de El Salvador; y Daniel Ortega, de Nicaragua. A ellos, se unieron los primeros ministros de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves; y de San Cristóbal y Nieves, Timothy Harris.
Estos fueron los únicos mandatarios de la región presentes en el inicio del segundo mandato del presidente de uno de los países que, en las últimas décadas, lideraba el desarrollo económico en la región. Se trata de una cifra mucho menor de la registrada en 2013, cuando Maduro llegó al poder tras la muerte de Hugo Chávez Frias.
En el caso de México, si bien Andrés Manuel López Obrador (AMLO) decidió no firmar el acta en contra de Maduro bajo la defensa del principio de no intervención, tampoco estuvo presente en el acto. En su representación, AMLO solicitó la presencia del encargado de Negocios de la embajada mexicana en Venezuela, Juan Manuel Nungaray, un hecho que sin embargo fue valorado muy positivamente por Maduro.
El presidente caribeño hizo alusión públicamente al apoyo de México, ya sea por lo sucedido con el Grupo Lima o por la invitación a la toma de posesión de AMLO el pasado mes de diciembre –a la cual acudió–, lanzando en su discurso de investidura un “¡que viva México!”. Se trata sin duda de un guiño hacia un posible aliado, o por lo menos un no-detractor, que puede aportar cierta legitimidad hacia su figura, en especial dado el amplio respaldo electoral obtenido por AMLO en las última elecciones.
Países fuera de la región
Los únicos mandatarios procedentes de fuera del continente americano fueron los presidentes de Osetia del Sur, Anatoli Bibílov, y de Abjasia, Raul Khajimba, dos países no reconocidos por la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Sin embargo, desde fuera del continente americano, estuvieron presentes en la investidura los vicepresidentes de Bielorrusia y Turquía, este último un país con el que Venezuela ha incrementado sus relaciones políticas y económicas en los últimos tiempos. “Para mí es muy importante este apoyo de Turquía y este respaldo de un líder como usted (Erdogan) que ha sabido librar brillantemente batallas por su pueblo”, manifestaba Maduro durante el contacto telefónico con su par turco.
Junto a Turquía, los dos aliados internacionales de Maduro serían Pekín y Moscú, dos grandes aliados internacionales a nivel político y comercial que tuvieron como representantes –modestos representantes– en el acto al vicepresidente del Consejo de la Federación de la Asamblea Federal de Rusia, Ilyas Umakhanov, y al ministro de Agricultura de China, Han Changfu. “El mundo es más grande que el imperio estadounidense y sus satélites. Aquí está presente ese mundo”, dijo Maduro en su discurso en referencia a sus tres principales aliados.
Entre los países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), –la cual Venezuela presidirá durante el periodo que comienza– el secretario general de la institución, Mohammed Barkindo, estuvo presente entre los invitados.