“Esto amenaza con alterar y fragmentar el comercio mundial en una medida que no hemos visto en siglos”, opinó una economista sobre las propuestas del republicano en caso de que sea reelegido
El expresidente estadounidense Donald Trump está sopesando opciones para un nuevo e importante ataque económico contra China si es reelegido, lo que podría desencadenar una guerra comercial a escala global, aseguró el sábado The Washington Post.
Joe Biden ha mantenido en gran medida los aranceles que su antecesor impuso a China, cuando era presidente, en 2018 y también ha impuesto nuevas restricciones a la economía de Pekín, incluidos límites a los semiconductores y otros productos similares. El republicano, sin embargo, promete ir más lejos.
En declaraciones públicas, el favorito a la nominación del Partido Republicano se ha mostrado a favor de quitarle a China el estatus comercial de “nación más favorecida”, con medidas que podrían llevar los aranceles federales sobre los bienes chinos a más del 40 %. No obstante, en privado Trump ha discutido con sus asesores la posibilidad de imponer una tarifa fija del 60 % a todos los productos provenientes del gigante asiático, según tres fuentes familiarizadas con la cuestión y citadas por el periódico.
Consecuencias catastróficas
Economistas consultados por el medio advierten de que las políticas planeadas provocarían enormes perturbaciones en las economías estadounidense y mundial que superarían con creces el impacto de las guerras comerciales del primer mandato de Trump. “La guerra comercial de 2018 a 2019 fue inmensamente dañina. Esto iría mucho más allá y es difícil incluso hacer comparaciones”, afirmó Erica York, economista principal del grupo Tax Foundation. “Esto amenaza con alterar y fragmentar el comercio mundial en una medida que no hemos visto en siglos”, agregó.
Por su parte, Adam Posen, presidente del Instituto Peterson de Economía Internacional de Washington, calificó de “locas” las propuestas comerciales, argumentando que perjudicarían a las empresas estadounidenses al privarlas de miles de millones de potenciales clientes.
En ese sentido, en un informe encargado por el Consejo Empresarial Estados Unidos-China, Oxford Economics concluyó en noviembre que poner fin a las relaciones comerciales normales y permanentes entre ambos países le costaría a la economía estadounidense 1,6 billones de dólares y provocaría la pérdida de más de 700.000 puestos de trabajo.
Según datos correspondientes a noviembre del año pasado, China es el tercer socio comercial de EE.UU., detrás de México y Canadá, representando el 11,7 % del total del comercio exterior del país norteamericano.