Por José Antonio López Trigo
Los abuelos cumplen un papel fundamental en la crianza de cualquier niño. Mediante el contacto con sus abuelos, los niños viven nuevas experiencias, descubren tradiciones y nuevas aficiones, pero lo más importante de esta relación es el valor y el respeto derivado del intercambio entre personas de diferentes generaciones unidas por un vínculo afectivo.
Los abuelos desempeñan un papel fundamental en la educación de los hijos, especialmente en lo que se refiere a la transmisión de enseñanzas y valores. Y esta relación también es beneficiosa para los abuelos, ya que les ayuda a combatir la soledad, les hace sentir más vivos y útiles, les ayuda a mantener una buena forma física, les proporciona un mejor rendimiento cognitivo, se sienten más integrados y es una oportunidad para vivir una “segunda paternidad”.
A pesar de estos beneficios compartidos la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología recuerda que cuidar de los nietos debe ser una actividad placentera para abuelo y nieto, evitando que se convierta en una carga para la persona mayor, ya que esta situación puede conllevar, a la larga, problemas de estrés, ansiedad o depresión si los abuelos se ven sobrecargados de actividades y responsabilidades con los nietos en detrimento de sus propias necesidades.
En la actualidad, la situación económica junto con la dificultad para conciliar la vida laboral y familiar de los padres hace que los abuelos españoles dediquen una media de siete horas diarias al cuidado de sus nietos. Si bien es cierto que en la mayor parte de los casos, esta actividad se hace de forma voluntaria y con agrado, también en algunos casos, las abuelas y abuelos tienen la sensación de realizar una jornada laboral a tiempo completo y se sienten forzados en unas cargas de cuidados y educación.
Además, hay que tener en cuenta el estado de salud de los abuelos cuidadores, ya que muchos de ellos padecen dolencias e incluso limitaciones y se da la curiosa paradoja de la doble dependencia ya que, siendo potenciales receptores de cuidados, a su vez se dedican al cuidado de sus nietos. Se recomienda a los abuelos que, a la hora de asumir la tarea de cuidar a sus nietos, tengan en cuenta lo siguiente: Haz lo que puedas y no te sobrecargues de labores. Ante tareas en las que no te veas capaz, o si tienes otros planes o compromisos, no tengas miedo de decir a tus hijos que hoy no podrás cuidar de tu nieto. No descuides tu salud. Conoce dónde están tus límites y no te olvides de tus revisiones médicas.
Ante cualquier problema o si la situación se te va de las manos, háblalo con tu hijo o con tu hija. Lo mejor será establecer unas reglas básicas y que siempre haya una comunicación fluida entre ambos. Resérvate tu propio espacio y tiempo. Sigue practicando las actividades que tanto te gustan y disfruta de tus ratos de ocio. Mantente en buena forma física. Haz ejercicio, sigue una dieta adecuada y estimula tu mente. No te sientas culpable si no eres capaz de realizar las tareas como las antes. Debes pensar que ya no tienes ni la agilidad, ni los años que cuando tu tenías hijos y es lógico que las cosas no te salgan igual de bien o incluso que no puedas desempeñar alguna tarea, no te culpes por ello. Intenta realizar actividades con tu nieto que se adecuen a ti y que os reconforten a los dos. Debes pensar también en ti a la hora de planificar actividades, por ejemplo, llevar a tu nieto a un parque de atracciones puede ser demasiado inadecuado y estresante para ti, pero en cambio un paseo por el parque o unos juegos de mesa pueden resultar estupendos para pasar una tarde.
Estar con el abuelo no significa que el nieto haga lo que le dé la gana. Establece una serie de normas que tu nieto debe cumplir cuando esté contigo. Disfruta de tu nieto y de los momentos compartidos con él. Intenta ver el lado positivo de las cosas y saca partido a las experiencias vividas junto a tu nieto.