En los últimos años la población de estos cetáceos de la península ibérica ha mostrado una actitud cada vez más agresiva hacia las embarcaciones, y los patrones ya no saben qué hacer para evitar sufrir daños
Tras el aumento de los ataques de orcas a yates y barcos en el estrecho de Gibraltar, los navegantes de las aguas que separan Europa y África ya no saben qué hacer para no ser agredidos por estos cetáceos, informa The New York Times.
El alemán Florian Rutsch, que ofrece viajes de lujo en catamarán, buscaba estrategias para ahuyentar a las orcas tras un encuentro con estos cetáceos en mayo. En esa ocasión se zafó de ellas alejándose a toda velocidad, tal y como aconseja el Gobierno español, pero en noviembre necesitó medidas más drásticas, ya que los animales atacaron el timón y el motor de su embarcación.
Fue entonces que la tripulación empleó un método que circula por las redes sociales, y que consiste en reproducir a todo volumen, mediante unos parlantes submarinos, una ‘playlist’ de música ‘heavy’ creada especialmente para alejar a las ‘ballenas asesinas’, y que lleva el descriptivo título de ‘Metal para orcas’.
Sin embargo, la idea fracasó rotundamente y las orcas atacaron igualmente el catamarán de Rutsch, que tuvo que ser remolcado por las autoridades españolas que acudieron a rescatarlo.
El encuentro de Rutsch es solo uno de múltiples ataques de orcas a barcos en el estrecho de Gibraltar, entre las costas de España y Marruecos, un fenómeno que ya se ha llamado el “levantamiento de las orcas”.
Se cree que los ataques fueron iniciados por una manada de orcas lideradas por una hembra a la que los científicos llamaron Gladis Blanca. Los investigadores sospechan que la matriarca probablemente quedó traumatizada por una posible colisión con una embarcación, y tras esa experiencia empezó a embestir a los barcos.
Muy pronto ese comportamiento fue imitado por otras orcas del área.