LA JORNADA

Aumentan los llamados para que CPI actúe ante repunte de arrestos y represión en Venezuela

El secretario de la OEA y Amnistía Internacional piden que la Corte Penal Internacional actúe en Venezuela. El exgobernador Williams Dávila engrosa la lista de opositores apresados mientras que EEUU advierte sobre violaciones de derechos humanos.

Una mujer llora desconsoladamente en la vigilia organizada por la oposición para pedir la liberación de cientos de presos políticos en Caracas, el 8 de agosto de 2024.

La lista de detenidos por razones políticas que existía antes de la elección presidencial en Venezuela experimenta un incremento radical desde la controvertida votación de hace dos semanas, donde se dio por ganador al presidente Nicolás Maduro.

Según defensores de derechos humanos, el país sudamericano jamás había vivido un repunte de represión en tan corto tiempo.

En ese contexto, Amnistía Internacional se sumó este viernes al pedido de la OEA de que el fiscal de la Corte Penal Internacional actúe ante la situación en el país.

“Es hora de la justicia”, dijo Luis Almagro, secretario general de la OEA, adelantando que pedirá a la Corte Penal Internacional que determine responsabilidades y órdenes de captura contra Maduro y otros responsables oficiales por lo que consideró graves violaciones de derechos humanos y crímenes de lesa humanidad.

“Exigimos a las autoridades liberar a todas las personas detenidas por motivos políticos de forma inmediata e incondicional”, demandó por su parte Amnistía Internacional. Este viernes, como Almagro, llamó al fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan, a actuar en Venezuela.

El propio presidente venezolano reportó esta semana más de 2.200 arrestados por las manifestaciones de calle y expresiones públicas contra el resultado electoral oficial, entre denuncias de fraude por parte de la oposición, que dice tener pruebas de su victoria.

Según Maduro, el 80 % de esos detenidos desde el 28 de julio son “terroristas” y “criminales” que promueven odio y violencia para desestabilizar al poder ejecutivo y al país, buscando un “golpe”.

Gobiernos y organizaciones multilaterales, como Colombia, Brasil, México y las Naciones Unidas, han llamado al poder electoral venezolano a publicar el desglose de la votación del julio y someterlo a una auditoría independiente.

El oficialismo ha recurrido a la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia para que dilucide el proceso y el dilema de esas actas.

Según sus cálculos, más de 1.700 de los detenidos serían culpables de tales crímenes. El presidente venezolano anunció que todos serían trasladados este sábado a dos cárceles que se encontraban cerradas y que rehabilitó luego del controvertido resultado electoral.

“Nunca habíamos visto un pico represivo de tal intensidad como el que estamos viendo ahora, en un corto tiempo”, advirtió esta semana en entrevista con Efecto Cocuyo el abogado y vicepresidente de la ONG Foro Penal Gonzalo Himiob.

Cientos de violaciones a los DDHH

Organizaciones promotoras de los derechos humanos, como Foro Penal y Provea, sólo han podido confirmar alrededor de 1.200 de esas detenciones. Dentro y fuera de Venezuela, voces críticas denuncian que muchos de los arrestos ocurren opaca e ilegalmente, sin el debido proceso, ni la presentación de órdenes de aprehensión y allanamiento.

Entre reportes sobre decenas de ataques contra la prensa y restricciones al espectro comunicacional en Venezuela, Amnistía Internacional informó el jueves en un comunicado sobre las “denuncias creíbles” de incomunicación y negación de asistencia legal de los cientos de detenidos, “con alto riesgo de malos tratos y tortura.

Amnistía consideró “alarmante” el “silencio” del fiscal Khan ante las denuncias de intensificación de la represión “de forma generalizada”, demandando “una acción inmediata” de su parte. Le exigió una declaración “preventiva” de su oficina en el marco de su investigación de posibles crímenes de lesa humanidad en Venezuela, iniciada en noviembre de 2021.

Jóvenes participan en la vigilia organizada por la oposición para pedir la liberación de cientos de presos políticos en Caracas, el 8 de agosto de 2024.

Exgobernador detenido

Uno de los más recientes detenidos es Williams Dávila, ex gobernador del estado andino de Mérida, diputado electo a la Asamblea Nacional en 2015. Es uno de los dirigentes que se codeaban en actos públicos y conferencias de prensa con María Corina Machado, líder de la oposición, y el candidato Edmundo González Urrutia.

Voceros gubernamentales, entre ellos Maduro y su hombre de confianza, el líder del parlamento y su delegado para las negociaciones políticas, Jorge Rodríguez, han prometido encarcelar a Machado y González Urrutia.

Dávila fue interceptado la noche del jueves por presuntos agentes de las fuerzas de seguridad vestidos de civil, justo después de participar en una vigilia por la liberación de los presos políticos, en Caracas, según reportes extraoficiales y de la prensa venezolana.

Dávila se suma a otros dirigentes de la oposición arrestados, como Freddy Superlano, ex candidato del partido Voluntad Popular para las primarias opositoras, el periodista y activista de la misma organización política, Roland Carreño.

Sus aprehensiones ocurrieron bajo el mismo modus operandi que la de Dávila. Algunas, como la de Superlano, fueron grabadas en video y difundidas en redes sociales.

La “Operación Tun Tun”

María Oropeza, coordinadora del comando opositor en el estado llanero de Portuguesa, a 270 kilómetros de Caracas, transmitió en vivo su detención en su residencia, mostrando cómo agentes de contrainteligencia militar derribaban su puerta para capturarla.

La Dirección de Contrainteligencia Militar usó su material para difundir las imágenes de su arresto y traslado, advirtiendo que “la operación Tun Tun continúa”, con la canción de una famosa película de terror de los años 80 de fondo musical.

Los cuerpos de seguridad llaman “Tun Tun” a las operaciones informales de las fuerzas de seguridad para detener en sus residencias a críticos del gobierno.

Los arrestos de los días subsiguientes a la elección han incluido a 9 periodistas, 4 de los cuales fueron imputados por terrorismo, según el sindicato de trabajadores de la prensa.

Según la oposición, el gobierno venezolano había detenido a más de 70 de sus dirigentes los días previos a la votación. En la embajada de Argentina en Caracas, están refugiados 6 de sus activistas, entre ellos quien es considerada mano derecha de Machado, Magali Meda.

“El mundo está observando”, advirtió la noche del jueves Brian Nichols, subsecretario para asuntos del hemisferio occidental del Departamento de Estado de Estados Unidos.

“Esta represión no es un camino sostenible, ni una señal de fortaleza. Las voces de los votantes venezolanos no serán silenciadas por la represión, la censura o la desinformación”, añadió el alto vocero en su cuenta en X, una plataforma que ha sido restringida en las últimas horas en Venezuela.

“Fuera X por 10 días”, había dicho Maduro horas antes, revelando que aprobó un plan de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones, adscrita a su gobierno, para vetar el acceso a esa red social, a cuyo dueño, Elon Musk, acusó de incitar al “odio” y a “una guerra civil”.

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