Estados Unidos y Filipinas comenzaron el lunes una versión reducida de sus ejercicios militares anuales, mientras el presidente filipino, Rodrigo Duterte, ha declarado que él busca fortalecer sus vínculos con China y Rusia.
Las maniobras de este año en Filipinas se centrarán en respuesta a desastres y la batalla contra el terrorismo.
Las operaciones de defensa del territorio serán excluidas este año. China se ha atribuido dominio sobre casi todo el Mar de la China Meridional, aunque varias otras naciones, incluyendo Filipinas, también han expresado reclamos en la región. Duterte ha tomado una posición más suave que la de su predecesor en el tema de la disputa territorial con China.
Muchos menos soldados en ambas partes están participando en los ejercicios conjuntos entre EE.UU. y Filipinas comparado con el año pasado cuando unos 11.500 soldados participaron.
Las autoridades dicen que unos 5.400 soldados participan este año.