En un mundo tan globalizado como en el que vivimos en la actualidad, las tiendas físicas van quedando a un lado, y dan paso a los comercios que se basan en la red de redes
En un mundo tan globalizado como en el que vivimos en la actualidad, las tiendas físicas van quedando a un lado, y dan paso a los comercios que se basan en la red de redes.
Hace no más de dos décadas, era habitual encontrar todos tus productos en los locales que tenías cercanos a tu casa, es decir, el comercio de barrio prevalecía por aquel entonces. Esto ha ido evolucionando hasta nuestros días, y ahora es más habitual otro tipo de compra venta, la electrónica. Pero no solo en las transacciones de venta ha cambiado, sino también lo han hecho la mayoría de actividades cotidianas de nuestra vida, incluidas las referentes al ocio.
En estas últimas se engloba a los casinos físicos y lugares donde podías disfrutar con la incertidumbre de poner en liza algo de tu dinero, y que este te generará un beneficio. También esto tiene su contrapunto en Internet, lo que permite al usuario apostar sin tener que desplazarse a ningún lugar específico para ello. Al existir una menor demanda física de estos centros del juego, todas los utilitarios de los que disponían para apostar: ruletas, mesas de póker o máquinas tragaperras entre otros tienden a ser insignificantes en un futuro próximo.
Es curioso el caso de estas máquinas y su nivel de disminución en los últimos años. Según informa Tragaperras Web, hasta 60000 unidades se han retirado de la circulación, quedando menos de 200000 unidades disponibles en toda España. Sin duda un dato que permite contrastar la rapidez en el cambio de modelo de los casinos online.
Como es natural, al existir menos tragaperras, esto incide directamente en la facturación de las mismas. Ésta ha disminuido un 35% en la última década debido entre otras razones, a que las nuevas generaciones ya no encuentran atractivas máquinas del pasado, sino que buscan apostar de manera más actual ya sea en máquinas tragamonedas en línea o en casinos de esta naturaleza electrónica.
Como se indica con anterioridad, varias pueden ser las causas del declive del mercado de apuestas tradicional. Entre ellas sin duda, la crisis económica ha incidido en que la capacidad de desembolso de los usuarios de estos juegos de azar ha disminuido, y si a esto le sumamos el crecimiento imparable de las nuevas tecnologías, hacen que la mezcla sea adecuada para que se dejen de lado estos aparatos, los cuales ya tienen una solera que también hacen que irradien algo de nostalgia.
El futuro para este tipo de ocio es incierto. Los avances tecnológicos no tienen por qué hacer que cosas que en el pasado funcionaban dejen de hacerlo en el presente y en un futuro cercano. La clave para que ambas puedan convivir y coincidir en el tiempo, y para ello tiene que ser fundamental la retroactividad entre ambas maneras de ocio. Lo físico debe alimentarse de las nuevas tecnologías y viceversa. Todo progreso es bueno, pero no debemos olvidar lo que tuvo acierto en el pasado y aún puede seguir teniéndolo si tocamos la tecla correcta para ello.