El jefe del Comando Sur de las Fuerzas Armadas estadounidenses, el almirante Craig Faller, reiteró durante una visita a Panamá que Estados Unidos se mantiene en su política tendiente a que ocurra “una transición pacífica a un gobierno legítimo” en Venezuela.
Faller, que ha sido una de las figuras clave en el gobierno del presidente Donald Trump en la visibilización de la crisis que padece la nación sudamericana, está en Panamá por cuarta ocasión. Asiste a una reunión que es parte del marco del Diálogo de Seguridad de Alto Nivel.
Como parte del compromiso bilateral, ambas naciones reafirmaron el jueves que seguirán protegiendo los intereses compartidos en temas de cooperación, democracia, transparencia y protección de derechos humanos, según reportaron medios locales que asistieron a la conferencia de prensa ofrecida por Faller.
“Es terrible lo que sucedió en Venezuela. Han vivido bajo una generación de autócratas y la unidad de la comunidad internacional ha sido importante al expresar sus preocupaciones, como las elecciones ilegítimas”, dijo el alto mando estadounidense.
“La unidad de la comunidad internacional ha sido muy importante”, dijo el almirante. Además resaltó que la política estadounidense sigue siendo “que haya una transición pacífica a un gobierno legítimo, ejerciendo presión económica y diplomática”.
También mostró su preocupación por el incremento del narcotráfico. “Veo incremento del narcotráfico de Colombia a Venezuela y de naciones a través del Caribe hasta Centroamérica y es una preocupación”, aseguró.
Además reiteró la preocupación por la situación que encara el país sudamericano en temas como la crisis de migrantes, en alusión a cinco millones de venezolanos que han salido del país para escapar de la crisis en todos los órdenes que padece Venezuela.
Durante su estancia en Panamá, Faller ha señalado la importancia que concede Estados Unidos a mantener la seguridad en las fronteras y resaltó el papel de Panamá como líder de la región al trabajar con países como Colombia y Costa Rica.
Panamá suscribió el pasado 9 de diciembre junto a otros 20 países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA), una resolución de rechazo del Consejo Permanente a las elecciones parlamentarias celebradas el pasado 6 de diciembre en Venezuela.