Funcionarios de EE.UU. admiten que Washington no está monitoreando activamente el cumplimiento del derecho internacional humanitario por Israel
La Administración del presidente estadounidense Joe Biden se enfrenta a una presión cada vez mayor por sus suministros de armamento a Israel, escribe The Washington Post.
Grupos de derechos humanos y legisladores cuestionan si esa ayuda militar no incumple las normas del Gobierno para armar a naciones extranjeras, según las cuales, los envíos de armamento no deben tener lugar cuando se considera que hay “más probabilidades” de que ocurran violaciones del derecho internacional.
Si bien los funcionarios de la Administración Biden han mantenido conversaciones con sus socios israelíes para asegurarse de que entienden sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario, admiten que Washington no está monitoreando activamente el cumplimiento de los mismos. EE.UU. no tiene acceso a la inteligencia que las fuerzas de Israel usan para planear sus operaciones y tampoco conocen las intenciones de los comandantes, dice un alto funcionario estadounidense, citado por el periódico.
En este sentido, Brian Finucane, exabogado del Departamento de Estado de EE.UU., indica que los funcionarios deben supervisar el uso de armas que envía el país norteamericano antes de aprobar un nuevo suministro.
El “papel fundamental” de las armas estadounidenses
Las armas de fabricación estadounidense han desempeñado un “papel fundamental” en el conflicto entre Israel y Hamás, señala WP.
Según cifras de inteligencia, las Fuerzas de Defensa de Israel lanzaron contra el enclave palestino en el primer mes y medio de la guerra más de 22.000 bombas suministradas por Washington. Durante ese período, el país norteamericano ha enviado al menos 15.000 bombas y más de 50.000 proyectiles de artillería de 155 mm.