Los aparatos de la red son capaces de detectar terremotos ocurridos en cualquier parte del mundo que superen la magnitud 6,2
El Instituto Italiano de Oceanografía y Geofísica Experimental de Trieste (OGS) y el Instituto Antártico Argentino (IAA) construirán una nueva estación sismográfica en la Base Petrel, que se integrará a la red argentino-italiana que monitorea los movimientos telúricos en la Antártida.
“La tarea especial que tenemos durante esta Campaña Antártica de Verano (CAV) es empezar una nueva estación de sismógrafos en la Base Petrel. Tenemos los materiales que necesitamos para la construcción y vamos a ver si la podemos dejar funcionando ya este año”, sostuvo Milton Plasencia Linares, investigador peruano adscrito al OGS, en conversación con la agencia Télam.
Los expertos apuntan que si bien el continente helado ofrece condiciones inmejorables para instalar sismógrafos debido a la escasa actividad humana, la construcción de estaciones resistentes a las condiciones climáticas extremas representa un desafío importante.
Pese a ello destacan que los instrumentos que conforman la actual red sismográfica, extendida de momento a través de seis bases argentinas, gozan de alta sensibilidad y son capaces de registrar sismos de magnitud superior a 6,2 en cualquier punto del planeta, como ocurriera con los que azotaron a Japón el pasado 1 de enero.
En relación con el monitoreo de la actividad sísmica, en territorio antártico llamaron a recordar que hay una falla submarina con gran cantidad de volcanes entre el oeste de la península y las islas Shetland del Sur, por lo que no es raro que se produzcan sismos.
En data reciente, el volcán Orca, ubicado cerca de la base argentina Carlini, se activó durante cerca de seis meses, mientras que en 2003 y 2013 se produjeron terremotos de magnitud superior a 7 en la escala de Richter en las islas Orcadas.