Ambos objetos astronómicos poseen una masa conjunta 28.000 millones de veces mayor que la del Sol y se encuentran separados por una distancia corta, de 24 años luz
Un grupo de astrónomos estadounidenses logró medir la masa de un par de agujeros negros supermasivos que se encuentran dentro de la galaxia elíptica B2 0402+379, ubicada a una distancia de 750 millones de años luz de la Tierra, informó el pasado jueves el Laboratorio Nacional de Investigación para la Astronomía Óptica-Infrarroja (NOIRLab, por sus siglas en inglés).
En un nuevo estudio, recientemente publicado en la revista The Astrophysical Journal, se reportó que los datos obtenidos por uno de los dos telescopios idénticos que forman parte del Observatorio Internacional Gemini, el Gemini Norte, permitieron examinar ambos objetos astronómicos individualmente.
De acuerdo con los autores de la investigación, los dos agujeros negros poseen una masa conjunta 28.000 millones de veces mayor que la del Sol, por lo que se convirtió en el sistema binario de agujero negro más masivo jamás visto.
Asimismo, los científicos revelaron que los agujeros negros están separados por una distancia de 24 años luz, de manera que entre sí también tienen la distancia más corta que se haya medido. Debido a la cercanía a la que se encuentran los objetos, sugirieron que podrían colisionar y fusionarse. Sin embargo, resulta que permanecen orbitando así hace más de 3.000 millones de años.
Agujeros negros que se rehúsan a fusionarse
De acuerdo con los investigadores, estos dos agujeros negros aún no se han fusionado, debido a la enorme masa que poseen. “Normalmente, parece que las galaxias con pares de agujeros negros más ligeros tienen suficientes estrellas y masa para que se unan rápidamente”, indicó el astrónomo Roger Romani, pero añadió que como este sistema binario “es tan pesado”, en realidad, se necesita mucha materia para hacerlo.
Ambos objetos están estancados en la misma órbita y accesibles para su estudio, porque han limpiado la “galaxia central”. Con respecto al origen de este sistema binario, los investigadores creen que pudo haberse formado gracias a la anexión de agujeros negros más pequeños de múltiples galaxias.
No obstante, todavía falta determinar si continuarán estancados en la misma órbita o si se fusionarán. En caso de que lleguen a unirse, las ondas gravitacionales resultantes podrían ser 100 millones de veces más potentes que las de las típicas fusiones.
“Esperamos realizar investigaciones de seguimiento del núcleo de la [galaxia] B2 0402+379, donde veremos cuánto gas hay”, precisó el astrónomo Tirth Surti. Estos estudios proporcionarán “más información sobre si los agujeros negros supermasivos pueden eventualmente fusionarse o permanecerán varados como binarios”, concluyó.