Berlín – Las maniobras conjuntas entre el Ejército alemán y la Policía de cara a un grave atentado terrorista reabrieron un viejo debate sobre la idoneidad de desplegar a las tropas en el país, algo que despierta reticencias entre la población por el trauma generado por el dictador nazi Adolf Hitler y la Segunda Guerra Mundial.
Desde hace años, Alemania discute sobre la posibilidad de contar con la ayuda del Ejército para hacer frente a situaciones extremas. Los atentados terroristas como el perpetrado contra un mercado navideño en Berlín el pasado diciembre no hicieron sino reafirmar al Gobierno alemán, después de que unos meses antes hubiera dado el visto bueno al uso de las Fuerzas Armadas en caso de graves atentados.
“Para mí es importante que estemos preparados para lo impensable, para poder reaccionar de manera decidida, responsable y cooperativa”, declaró el ministro de Interior de Alemania, Thomas de Maizière, poco antes de que comenzaran las maniobras en seis estados federados.
“En mi opinión este tipo de maniobras, acordadas con los estados federados, son muy efectivas, muy importantes, para que todos aprendan cómo actuar ante un caso que esperemos nunca tenga lugar”, agregó.
Los ejercicios, en los que participan 360 soldados, tienen lugar en Baden-Württemberg, Baviera, Bremen, Renania del Norte-Westfalia, Sarre y Schleswig-Holstein. El escenario planteado: atentados terroristas en una escuela, una estación de ferrocarril y un consulado y todos al mismo tiempo. Sin embargo, todo será solo a nivel teórico. Se trata, de acuerdo con datos del Ministerio de Defensa, de ejercicios de comunicación y coordinación.
La imagen de soldados armados por las calles alemanas -que puede parece normal en ciudades como Bruselas y París- genera malos presentimientos entre los alemanes.
Las funciones de los militares y la Policía están separadas en el país europeo de manera muy estricta. Las Fuerzas Armadas defienden el país en el exterior y la Policía en el interior. Esta división tiene razones históricas que se remontan a la época de la República de Weimar y al nacionalsocialismo. Desde entonces existe un trauma que hace que un alemán vea con miedo que salgan soldados armados a las calles, aunque sea en caso de terrorismo.
“Aquí se construye un escenario con mucha pompa que no tiene nada que ver con la realidad constitucional”, declaró la política de Los Verdes Irene Mihalic a dpa. Existen muy buenas e históricas razones para haber dejado la seguridad interna en manos exclusivamente de la Policía, recordó. “Rechazo una militarización de la política interior, al igual que construir una puerta de atrás con este tipo de ejercicios”, agregó.
En la Constitución no existe una regla clara al respecto. En 2012, el Constitucional alemán dictaminó que un atentado terrorista puede ser visto también como un “siniestro especialmente grave”, de acuerdo con el artículo 35, lo que permitiría el despliegue de soldados para apoyar a la Policía.