Buenos Aires – En la capital argentina por estos días de verano pareciera que el clima estuviera poseído, en las mañanas los porteños sufren un calor sofocante, a veces irritante, y al caer la tarde, la lluvia es interminable.
De una sensación térmica de 40 grados a casi un diluvio, así está el tiempo en Buenos Aires y para hoy los pronósticos apuntan una jornada parecida.
Ayer las calles se taponaron, algunas de las estaciones del subte, como se le conoce al metro en esta ciudad, parecían ríos y la avenida 9 de julio, una laguna, en medio de caídas de granizos y fuertes chaparrones.
Las lluvias que caen desde el martes dejaron a más de 150 mil usuarios sin electricidad y aún la víspera permanecían otros tantos sin recuperar el servicio.
El Servicio Meteorológico Nacional extendió por 24 horas más la alerta amarilla por la ola de calor en la ciudad, que, afirman, pueden ser peligrosas, especialmente para los bebes y niños pequeños, personas mayores de 65 años o aquellos con enfermedades crónicas. Se requiere la toma de medidas preventivas, advierte.
En tanto las autoridades insisten a los transeúntes beber bastante agua, comer alimentos ligeros y vestir ropa clara.
El estado amarillo es el segundo nivel del sistema de alertas, y es considerado como leve o moderado en cuanto al efecto sobre la mortalidad.
Hoy la ciudad está por momentos nublada, pero el calor llega a ser tan insoportable que da la sensación de estar en un horno.