Cancilleres y representantes de 17 países del continente americano reunidos en Lima, Perú, condenaron la ruptura del orden democrático en Venezuela, bajo el gobierno de Nicolás Maduro.
Al final de su encuentro, los cancilleres dieron a conocer la Declaración de Lima, en la que expresan su decisión de no reconocer a la Asamblea Nacional Constituyente del gobierno de Maduro, “ni a los actos que emanen de ella por ser ilegítima”.
Afirmaron su pleno respaldo y solidaridad a la Asamblea Nacional de Venezuela, “electa de manera democrática”, y señalaron que los actos jurisdiccionales que apruebe bajo la Constitución serán reconocidos.
Reafirmaron además el respaldo a la combatida fiscal general Luisa Ortega Díaz y a los integrantes del Ministerio Público, exigiendo que se apliquen las medidas cautelares que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH les ha otorgado.
Rechazan la violencia y toda opción que involucre el uso de la fuerza. Condenan la violación sistemática de los derechos humanos y libertades fundamentales, la represión, la persecución política, la existencia de presos políticos y la falta de elecciones libres que puedan ser observadas por monitores internacionales independientes.
La Declaración de Lima indica que Venezuela no cumple con requisitos ni obligaciones de los miembros del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y expresa seria preocupación por la crisis humanitaria en ese país, condenando al gobierno de Nicolás Maduro por no permitir el ingreso de alimentos y medicinas.
Reiteran su disposición a continuar aplicando la carta democrática interamericana al gobierno venezolano y apoyan a Mercosur en su decisión de suspender a Venezuela del grupo regional, y prometen no apoyar ninguna candidatura venezolana en mecanismos ni organizaciones regionales o internacionales.
Exhortan a detener la transferencia de armas en base al Tratado sobre el Comercio de Armas y piden que se aplace la cumbre de la CELAC con la Unión Europea planeada para octubre.
Los cancilleres también establecieron un mecanismo para monitorear la situación en Venezuela y decidieron volver a reunirse en septiembre.
El presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Julio Borges, intervino en el encuentro, denunciando los atropellos de la ANC desde su instalación el fin de semana pasado.
“La asamblea nacional constituyente es para liquidar la democracia y así lo ha demostrado con sus primeras decisiones. Observamos con preocupación la no disposición del gobierno de Maduro a respetar el voto y la alternancia del poder”, dijo Borges, que agradeció el apoyo regional.
Los cancilleres se reunieron en respuesta a una convocatoria del presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, para crear “un grupo permanente” de seguimiento a la crisis en Venezuela, y tratar de consensuar acciones al respecto.
En la reunión participaron los cancilleres de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, Jamaica, México, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía, el vicecanciller de Canadá, el representante de Granada ante la Organización de Estados Americanos y el embajador de Uruguay en Lima.
La cita de Lima ocurrió luego de que el sábado la alianza aduanera sudamericana Mercosur suspendió de forma indefinida a Venezuela por violar el orden democrático.
En Washington, la vocera del Departamento de Estado Heather Nauert, volvió a reafirmar el apoyo del gobierno de Estados Unidos al pueblo venezolano.
En una serie de tuits el martes, Nauert dijo que EE.UU. continuará usando las herramientas económicas y diplomáticas apropiadas para hacer frente a lo que llamó la amenaza a las instituciones democráticas de Venezuela. “Estamos con ustedes”, escribió.
La vocera dijo también que el gobierno de EE.UU. no reconoce la legitimidad de la Asamblea Constituyente (de Venezuela), a la que llamó “un producto ilegítimo de un proceso defectuoso diseñado por un dictador (en alusión a Nicolás Maduro).
Nauert agregó que la remoción de la Fiscal General de Venezuela (Luisa Ortega Díaz) y el anuncio de la Asamblea Constituyente de que permanecerá en sesiones por un periodo de hasta dos años es evidencia de que Maduro está usando a la Asamblea Constituyente como medio para permanecer en el poder.
En Caracas, donde se reunieron este martes cuatro de los 13 los países del ALBA, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América Latina y el Caribe, rechazaron las sanciones de Estados Unidos a ciudadanos venezolanos, incluído el presidente Nicolás Maduro, calificándolas de arbitrarias e ilegales.
Los países asistentes fueron Ecuador, Nicaragua, Bolivia y Cuba, además de Venezuela, el anfitrión.
El presidente Nicolás Maduro propuso al grupo iniciar un “gran diálogo internacional” por el respeto a la democracia en su país y pidió a México, Colombia, Argentina y Brasil, restituir las normas del respeto, Los cuatro países han rechazado la Asamblea Nacional Constituyente de Maduro.
El gobernante venezolano dijo que con la ANC se ha evitado una guerra civil, y afirmó que la nación no es un motín imperial. Destacó el llamado a elecciones de gobernadores para el 10 de diciembre en las que dijo participará “toda la oposición”.
Los cancilleres del Alba presentes en Caracas también emitieron una declaración al final de su reunión en la que expresaron apoyo y solidaridad al gobierno y al pueblo de Venezuela ante lo que calificaron como “las amenazas de la derecha internacional” y reiteraron su posición de acompañar un diálogo entre el gobierno y la oposición venezolanas.
El canciller venezolano Jorge Arreaza, escribió en su cuenta de twitter una condena contra los cancilleres americanos reunidos en Lima, Perú.