Pionyang mantiene desde 2018 una moratoria voluntaria sobre este tipo de ensayos, pese a que las sanciones internacionales no se atenuaron desde entonces
El análisis de imágenes aeroespaciales ha revelado indicios de que Corea del Norte podría estar preparando la que se sería su primera prueba nuclear desde 2017, según reporta este viernes Reuters.
Dos funcionarios estadounidenses sin identificar comentaron a la agencia que se han detectado signos de actividad cerca del sitio nuclear de Punggye-ri. Además, un oficial militar surcoreano confirmó que su país estaba rastreando los trabajos de Pionyang para restaurar uno de los túneles utilizados en los ensayos nucleares anteriores.
Punggye-ri fue escenario de seis pruebas nucleares subterráneas antes de que Corea del Norte proclamara en el año 2018 una moratoria voluntaria sobre esta clase de ensayos. Ese año, Pionyang voló con explosivos las entradas a los túneles del polígono frente a las cámaras de medios extranjeros.
Actualmente, varios medios surcoreanos especulan que en el lugar se están construyendo “atajos” para conectarse lo más rápido posible con los túneles de pruebas. En el sitio web 38 North, especializado en el monitoreo de las actividades de Pionyang, en cambio, consideran más probable que estuvieran buscando un “punto estable” en lugar de excavar a través de la roca fracturada alrededor de la entrada antigua.
El portavoz del Pentágono, John Kirby, se negó a comentar estos informes, pero expresó esta semana la preocupación de EE.UU. por la posibilidad de nuevas pruebas, afirmando que en su departamento saben que los norcoreanos tienen “un programa que quieren mejorar” y la lógica es que “cada vez que pruebes, aprendes”.
Según Reuters, la reanudación de las pruebas nucleares podría “enviar ondas de choque políticas” a través de la región. China, Rusia y otros miembros del Consejo de Seguridad de la ONU se adhirieron a EE.UU. en sus iniciativas previas a la moratoria para sancionar a Pionyang por su programa de armas nucleares, pero tras el lanzamiento de un misil balístico intercontinental la semana pasada, tanto Pekín como Moscú se mostraron contrarios a nuevas medidas de castigo y propusieron atenuar las sanciones.