William Burns atribuye los desafíos que enfrenta su servicio de inteligencia a los cambios tecnológicos y al accionar de Pekín y Moscú
El mundo vive la época de una intensa competencia estratégica, un momento en el que “Estados Unidos ya no goza de una primacía indiscutible y las amenazas climáticas existenciales están en aumento”, valoró el director de la CIA, William Burns, en un artículo publicado este martes en la revista Foreign Affairs.
Detrás de esta pérdida de superioridad están el “ascenso de China” y el “revanchismo de Rusia” que plantean enormes desafíos geopolíticos, opinó el alto funcionario de la Administración del presidente estadounidense, Joe Biden.
Por otro lado, Burns dijo que el problema para EE.UU. no es el ascenso de China en sí, sino las “acciones amenazadoras que lo acompañan cada vez más”. “La competencia con China seguirá siendo la máxima prioridad para Washington, pero eso no significa que pueda eludir otros desafíos”, agregó, sugiriendo que el país norteamericano “tiene que navegar con cuidado y disciplina, evitar extralimitarse y utilizar sabiamente su influencia”.
Además de los mencionados factores geopolíticos, el jefe del servicio de inteligencia estadounidense recuerda que también “existe una revolución tecnológica aún más radical que la Revolución Industrial o el comienzo de la era nuclear”.
“Desde los microchips hasta la inteligencia artificial y la computación cuántica, las tecnologías emergentes están transformando el mundo, incluido el oficio de la inteligencia”, explicó Burns. Este progreso tecnológico proporciona nuevas potentes herramientas a los adversarios del país norteamericano, “para confundir, evadir, espiar”, lamentó.
En las condiciones cambiantes, el espionaje sigue siendo “una interacción entre seres humanos y la tecnología“, afirmó el director de la CIA, y señaló que todavía hay “secretos que solo personas pueden recopilar y operaciones clandestinas que solo humanos pueden llevar a cabo”. Burns concluyó que la CIA debe transformar su enfoque de la inteligencia para adaptarse al ritmo del cambio global.