El póker tiene una larga historia. Desde sus orígenes hasta convertirse en el juego cómo se conoce hoy, ha sido adaptado y modificado numerosas veces, tomando rasgos de distintos países y culturas
Actualmente el póker es uno de los juegos que más personas reúne, convirtiéndose en el centro de reuniones de amigos, clubs y demás actividades sociales. Es, quizás, su componente azaroso uno de sus principales atractivos, y la razón por la que la gente disfruta tanto de jugar en compañía de otros.
Sus variantes son muchas, y las principales diferencias entre una y otra radican en la modalidad que se utiliza. Pero para llegar a este punto, debió recorrer toda una historia de influencias y modificaciones a lo largo del mundo.
Los orígenes del poker
La realidad es que su raíz se presenta como algo confuso. Existen distintas teorías acerca de cómo se originó y dónde, pero no pruebas fehacientes que las confirmen. Para algunos, el póker fue creado por los chinos hace muchísimos siglos, aproximadamente en el año 900 d.C. Para otros, se trata de una derivación del “as nas”, un juego persa que implicaba a cinco jugadores, y una baraja de 25 cartas de cinco palos.
Aun así, en su etimología también se han encontrado similitudes con el término francés “poque”, que remite a finales del siglo XIX con la llegada de los colonos franceses a Estados Unidos. Éstos tenían por costumbre jugar con cartas con una modalidad muy parecida a como se juega al poker hoy en día. También se cree que el término francés deriva del “pochspiel” alemán, que implicaba jactarse frente a los jugadores rivales.
Se dicen muchas cosas sobre los orígenes del poker. Lo cierto es que el póker es en realidad la amalgama de muchos juegos diferentes, que incorporó en su recorrido por el mapa ese elemento azaroso que tanto lo distingue.
Poco a poco, el juego fue expandiéndose y su práctica haciéndose conocida en distintos países y regiones. Llegó a Europa más pronto que tarde, gracias al activo movimiento comercial de la época y las rutas que éste marcaba entre las ciudades del mundo.
A lo largo del tiempo, las apuestas se fueron popularizando, de una u otra manera, en varios sectores. Eran muy comunes entre los marineros, comerciantes y vendedores que se reunían en las tabernas de los puertos o buscaban cómo entretenerse durante los extensos períodos en altamar.
De la misma manera, los juegos de apuestas tenían un gran atractivo para las clases altas; burgueses y aristócratas compartían reuniones privadas en las que apostaban bienes materiales o capital. Hasta en las cortes era frecuente que los nobles y miembros de la familia real se congregaran en salones, durante fiestas u otros eventos sociales, para apostar.
Distintas variantes del juego empezaron a aparecer y fue durante la Guerra Civil estadounidense cuando se implementaron cambios más significativos, incluyendo, por ejemplo, el póker de descarte y el póker de secuencia. Se introdujo de forma oficial el comodín, cuya carta representativa era el joker, modificando así la estructura de juego heredada de los europeos.
Algunos de los cambios también tuvieron que ver con las barajas que se utilizaban y la historia de cada una de ellas, ya que las cartas, al mismo tiempo, sufrieron transformaciones con el transcurso de los años y las influencias culturales de distintas partes del mundo. En su época de popularización, el póker empezó a jugarse con más recurrencia utilizando la baraja de cincuenta y dos cartas.
A finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, el póker comenzó a tener un pesado rol en los salones de apuestas, y se instaló como rasgo característico de los pueblos del lejano Oeste, añadiendo el componente que faltaba al misticismo de las tabernas y los cowboys.
A partir de ese momento en la historia, el póker acabó por consagrarse como uno de los juegos sociales de azar más populares internacionalmente, llegando oficialmente a casinos, salones, clubs sociales, e incluso, a las reuniones privadas entre amistades. Además, los torneos mundiales permitieron que jugadores estrellas destacasen y ganaran reconocimiento.
Con el veloz desarrollo de la tecnología y las herramientas informáticas, también se crearon comunidades online para que jugar al póker se volviera accesible, en todas sus variantes. De esta manera, el juego online generó un nuevo rasgo, porque mientras que a lo largo de toda su historia este juego se trató en buena parte de leer la gestualidad del adversario, a través de un ordenador es necesaria la implementación de otro tipo de estrategias más vinculadas a las matemáticas y la rentabilidad.
Contemplando la huella que ha ido dejando a lo largo de la historia, podríamos decir entonces, que el póker no sólo se debe a la influencia de distintas culturas, sino que además, todavía hoy se encuentra en constante cambio, reinventándose.
Las expresiones que se usan en el póker
La jerga del póker es una de sus más fuertes características. Ésta se convirtió también en una parte significativa de las culturas de habla inglesa y española, pero particularmente en las primeras.
Una de las expresiones más conocidas es “poker face”. A menudo se escucha aplicada en contextos que nada tienen que ver con el juego, pero su origen está ahí. Se refiere a cuando un jugador se mantiene inexpresivo, para que sus rivales no puedan identificar ningún tipo de pista que lo delate a través de sus gestos.
La frase “ace in the hole” o conocida en español como “un as en la manga”, también tiene su raíz en el póker. El as es la carta más poderosa, por lo que la frase representa un movimiento ventajoso que el jugador guardó para el último momento.
Otro de los términos más utilizados y popularizados más allá de las circunstancias es “bluffing”, o en español: “farolear”. Un jugador farolea cuando apuesta dinero en una mano de cartas que sabe que es pobre, con el objetivo de convencer a sus adversarios de que, en realidad, tiene una muy buena mano. Si el “bluffing” o faroleo es lo suficientemente convincente, es probable que los otros jugadores se retiren del juego.