Fabiola Chambi nos cuenta cómo se destapó este escándalo en Bolivia que ha puesto en la mira la administración de la universidad pública
Son conocidos como “estudiantes dinosaurios o eternos” por permanecer años en las universidades sin culminar una carrera, pero ganan sueldos como dirigentes.
Max Mendoza hasta hace poco era el máximo dirigente estudiantil de la universidad pública en Bolivia, con 52 años durante más de 3 décadas como estudiante reprobó 200 materias y ganaba aproximadamente unos 3,000 dólares al mes 10 veces el salario mínimo nacional.
Ahora es investigado por un daño político al estado de más de U$ 250,000 dólares y esta con detención preventiva.
“Hemos identificado de manera preliminar nombramientos ilegales por resoluciones contrarias a la ley y por último por usurpación de funciones”, afirma Héctor Arce, diputado boliviano.
Este hecho ha generado fuerte críticas y estudiantes consultados por la Voz de América consideran que también se deteriora la imagen de la universidad. Jonathan Gareca estudiante universitario afirma que hay estudiantes que están 15 años como se ha visto en las redes sociales como dirigentes y que no está de acuerdo porque ya es hora que salgan porque hay muchos estudiantes que quieren trabajar. Araceli García, otra estudiante que no está de acuerdo porque ya deberían de retirarse para darles oportunidad a otros.
Parlamentarios de oficialismo y la oposición anunciaron la fiscalización a la universidad pública, porque también hay denuncias de clanes familiares y docentes que dan clases sin títulos.