Las autoridades recomiendan que los animales cazados sean analizados para detectar enfermedades y que no se consuma carne de cérvidos que parezcan enfermos
Diversos científicos han mostrado su preocupación acerca de que la enfermedad de desgaste crónico (EDC), popularmente conocida como ‘enfermedad del ciervo zombi’, algún día pueda propagarse a los humanos, informa The Guardian.
El reciente descubrimiento del primer caso de un ciervo muerto que padecía esta enfermedad cerebral en el Parque Nacional de Yellowstone (EE.UU.) ha generado inquietud. Este ecosistema alberga la mayor y más diversa variedad de grandes mamíferos salvajes en la parte continental de Estados Unidos, señaló el Dr. Thomas Roffe, veterinario y exjefe de salud animal de la agencia federal Fish & Wildlife Service.
La ‘enfermedad del ciervo zombi’
Se trata de una afección mortal y altamente contagiosa —que actualmente no tiene cura y que es potencialmente peligrosa para los humanos— transmitida por los priones, un tipo de partículas proteicas asociadas con enfermedades neurológicas degenerativas tales como la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob en humanos y la encefalopatía espongiforme bovina (EEB), conocida como ‘enfermedad de las vacas locas’.
La longitud del período de incubación promedio, que varía entre los 2 y los 4 años, dificulta detectar la enfermedad a tiempo, ya que hace que los animales la propaguen mucho antes de que los síntomas se hagan evidentes. Los priones son proteínas mal plegadas capaces de transmitir su forma a otras proteínas de su tipo y, de este modo, propagarse sin tener material genético.
Posible trasmisión a humanos
Los epidemiólogos explican que la ausencia de un caso de contagio a humanos no significa que no vaya a suceder en el futuro, dada su relación con otras enfermedades trasmisibles como la EEB. “El brote de EEB en Reino Unido proporcionó un ejemplo de cómo, de la noche a la mañana, las cosas pueden volverse locas cuando se produce un contagio de, por ejemplo, el ganado a las personas“, comentó el Dr. Cory Anderson, codirector de programa en el Centro de Investigación y Políticas de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Minnesota.
“Estamos hablando de la posibilidad de que ocurra algo similar. Nadie dice que vaya a suceder con certeza, pero es importante que la gente esté preparada“, añadió Anderson. Una vez que un ambiente está infectado, el patógeno es extremadamente difícil de erradicar. Los priones pueden persistir durante años en la tierra o en las superficies, además de ser resistente a los desinfectantes, la radiación e incluso la cocción, aclaró el experto.
Las autoridades recomiendan que los animales cazados sean analizados para detectar enfermedades y que no se consuma carne de cérvidos que parezcan enfermos. “Todavía estamos al frente de una enfermedad aterradora y no sabemos hacia dónde se dirige“, subrayó Roffe. “Hay mucho en juego para el ecosistema de Yellowstone y mucho en juego para todos los estadounidenses que disfrutan de tener una vida silvestre saludable en el paisaje”, agregó.