Un tercio de la población del país asiático, 18,6 millones de personas, se encuentra en una “situación de necesidad humanitaria”
La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés) ha advertido que Myanmar está al borde de una crisis humanitaria tras el golpe militar de 2021, según un comunicado publicado este lunes.
“La escalada de los combates, el aumento de los desplazamientos y las amenazas extremas a la protección están afectando amplias zonas del país, agravando los devastadores efectos del ciclón Mocha en mayo y poniendo a la población de Myanmar en una situación de peligro cada vez mayor”, reza el texto.
En este sentido, el organismo indica que el panorama humanitario para 2024 es “desalentador”, ya que un tercio de la población del país asiático —18,6 millones de personas— se encuentra en una situación de “necesidad humanitaria”.
Asimismo, detalla que hay seis millones de niños necesitados como consecuencia de los desplazamientos, la interrupción de la atención sanitaria y la educación, la inseguridad alimentaria y la desnutrición, así como de los riesgos de protección, incluidos el reclutamiento forzoso y la angustia mental.
“Panorama profundamente inquietante”
“Las interrupciones de la agricultura y la rápida inflación están dificultando cada vez más el acceso de la población a una alimentación adecuada y a su coste, lo que aumenta el espectro de la malnutrición creciente. El sistema sanitario está en crisis y millones de personas carecen de refugio seguro o agua potable”, continúa.
La OCHA afirma que este “panorama profundamente inquietante […] exige la atención mundial y un aumento drástico de la financiación”, precisando que las organizaciones humanitarias necesitan casi 1.000 millones de dólares para llegar a los 5,3 millones de personas a las que se ha dado prioridad para recibir ayuda urgente.
“Necesitamos que los donantes profundicen y hablen más alto para amplificar las voces de las personas afectadas en la escena mundial. Hay millones de vidas en juego y todos debemos hacer todo lo posible para evitar que Myanmar se convierta en una emergencia olvidada”, concluye.