Entre los más de 200 síntomas descritos de este síndrome se encuentran la disfonía, la disfagia, los mareos, la taquicardia, la hipotensión y la diarrea
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Un estudio piloto y observacional sobre el covid persistente llevado a cabo en el Hospital Universitario Germans Trias i Pujol de Badalona, en España, liderado por la doctora Lourdes Mateu, ha encontrado evidencias de que los síntomas del síndrome post-covid podrían estar vinculados al efecto del virus en el nervio vago.
Lo cierto es que un porcentaje nada desdeñable de personas que han pasado el covid, la mayoría de las cuales son mujeres, no ha vuelto a encontrarse bien tras superar la enfermedad. Muchas refieren agotamiento crónico, migrañas, niebla mental o transtornos intestinales, entre otros muchos síntomas.
Ahora un grupo de investigadores cree que este nervio multifuncional, que es uno de los más importantes del cuerpo humano y se extiende desde el cerebro hasta el torso llegando al corazón, los pulmones y el intestino, podría aportar respuestas. El nervio vago es responsable de una amplia variedad de funciones corporales, entre las que se encuentra el control de la frecuencia cardíaca, el habla, el reflejo nauseoso, la transferencia de alimentos de la boca al estómago, el movimiento de los alimentos a través de los intestinos y la sudoración, entre otras.
El estudio, que todavía está en curso y aún recluta pacientes, será presentado en el próximo Congreso Europeo de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas, que tendrá lugar en la capital portuguesa, Lisboa, entre el 23 y el 26 de abril, según recoge el portal News Medical Life Sciences.
Afecta hasta el 15 % de quienes han pasado la enfermedad
El covid prolongado, también conocido como síndrome post-covid (PCC) o covid largo, es un síndrome potencialmente incapacitante que afecta a alrededor del 10-15 % de los pacientes que sobreviven a la infección del virus.
New research to be presented at this year’s @ESCMID suggests that many of the symptoms connected to post-COVID syndrome (PCC, also known as long COVID) could be linked to the effect of the virus on the vagus nerve. https://t.co/znn94tGYd1
— Medical Science and Technology #earlytreatments (@MedicalScitech) February 14, 2022
Los autores del estudio sugieren que la disfunción del nervio vago (DNV) explicaría algunos de sus síntomas más habituales, como son la disfonía (problemas de voz persistentes), la disfagia (dificultad para tragar), los mareos, la taquicardia, la presión arterial baja y la diarrea.
La evaluación morfológica y funcional del nervio vago se realizó en una cohorte de 348 pacientes con covid prolongado, de los que el 66 % (228) presentaban al menos un síntoma de DNV. En los primeros 22 sujetos con DNV analizados entre marzo y junio de 2021 hallaron que el 91 % eran mujeres como una mediana de edad de 44 años.
Los síntomas más frecuentes relacionados con la DNV fueron: diarrea, en un 73 % de los pacientes; taquicardia (59 %); mareos, disfagia y disfonía (45 % cada uno); e hipotensión (14 %). El 86 % de los sujetos objeto de estudio tenían al menos 3 síntomas relacionados con DNV. La mediana de duración previa de los síntomas fue de 14 meses.
Asimismo, también la respiración se vio afectada en un 46 % de los pacientes, y la alimentación y la función digestiva en un 72 %, quienes tenían dificultad para llevar alimentos al estómago, dificultad para tragar, reflujo gastroesofágico o hernia de hiato.
Una segunda pandemia en Cataluña
Se calcula que alrededor de 100.000 personas han tenido o tienen covid persistente en Cataluña, donde se encuentra la sede del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol, que está llevando a cabo esta investigación. La región española se convirtió en uno de los primeros territorios donde surgió un colectivo de enfermos que luchó por que se les reconociera las secuelas que arrastraban tras la infección, el Colectivo de Afectadas y Afectados Persistentes por la Covid-19.
Su andadura comenzó en mayo de 2020. La gran mayoría de los enfermos que se sumaron son personas que pasaron la enfermedad de forma leve o moderada, pero que seguían arrastrando síntomas más de cincuenta días después.
Muchos de los síntomas se muestran de manera intermitente y sin un patrón fácilmente distinguible, lo que ha supuesto una adversidad a la hora de tratar con facultativos, muchos de los cuales mostraban incredulidad.
La lucha de estos pacientes dio resultado año y medio después, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) definió esta nueva enfermedad, diferenciándola de las secuelas que padecen pacientes de covid que han estado ingresados en Unidades de Cuidados Intensivos.