Una mirada a las historias genéticas y estilos de vida de los antiguos criados de los incas sugiere que en Machu Picchu había una comunidad cosmopolita en la que vivían, se apareaban y eran enterradas juntas personas de diferentes orígenes
Un equipo internacional de científicos dirigido por Lucy Salazar, antropóloga de la Universidad de Yale (EE.UU.), realizó el primer análisis de todo el genoma de los antiguos residentes de Machu Picchu. El estudio sugiere que los sirvientes del famoso palacio inca del siglo XV, en el sur de Perú, eran una comunidad diversa que representaba a muchos grupos étnicos diferentes de todo el Imperio inca.
Machu Picchu funcionó originalmente como un palacio dentro de la propiedad del emperador inca Pachacuti, aproximadamente entre los años 1420 d. C. y 1532 d. C. A pesar de ser uno de los sitios arqueológico más famosos del hemisferio occidental, se sabía muy poco sobre las personas que vivieron allí y de su relación con los habitantes de Cusco, la capital inca.
Una insospechada diversidad de orígenes
Los investigadores obtuvieron datos de todo el genoma de 34 personas enterradas en Machu Picchu que se cree que fueron sirvientes o asistentes asignados para servir a la familia real inca. También accedieron, con fines comparativos, a los datos genómicos antiguos de 34 personas de Cusco. Los datos del ADN se contextualizaron con información histórica y arqueológica.
“El análisis de ADN no solo confirma los relatos históricos de que los criados procedían de muchos grupos étnicos diferentes controlados por los incas, sino que también demuestra una diversidad de orígenes mucho mayor de lo que se sospechaba“, comentó el arqueólogo Richard Burger, de la Universidad de Yale e investigador principal del proyecto. Burger agregó que, “la población de Machu Picchu era muy heterogénea, con individuos que exhibían ancestros genéticos asociados con grupos de regiones de todo el Imperio inca”.
Hallazgos inesperados
“Un resultado inesperado fue el hallazgo de que muchos de los criados eran de origen amazónico y alrededor de un tercio de ellos tiene ADN que refleja cantidades significativas de ascendencia amazónica”, subrayó Salazar. “Al menos dos zonas dentro de la región amazónica están representadas“, indicó.
Otro resultado imprevisto fue que muchas de las personas tenían ascendencia mixta, a menudo de regiones distantes entre sí. Los investigadores dijeron que esto sugiere que los individuos en Machu Picchu estaban seleccionando parejas de otros grupos genéticos, produciendo una población diversa a diferencia de las que se encuentran en las aldeas agrícolas.
Uno de los coautores de la investigación, Jason Nesbitt, señaló que pocas de las personas enterradas en Machu Picchu eran del corazón inca del valle del Cusco o de la región adyacente del lago Titicaca. También dijo que los individuos enterrados en una sola cueva funeraria tenían antecedentes genómicos diversos.
“Estos resultados sugieren que Machu Picchu era una comunidad cosmopolita en la que vivían, se apareaban y eran enterradas juntas personas de diferentes orígenes”, concluyó Burger. Los resultados de este estudio se publicaron, este miércoles, en Science Advances.