Panamá – El crimen organizado recluta a jóvenes panameños como ”mochileros” en el llamado ”tráfico hormiga” de drogas, a través de trochas en la selva del Darién, en la frontera entre Colombia y Panamá, se conoció aquí.
La nueva modalidad detectada por las autoridades istmeñas, además de abaratar el costo de transportación, disminuye el riesgo de pérdidas por capturas para las redes internacionales, pues cada persona carga de 20 a 25 kilogramos de estupefacientes en una mochila, informó el Ministerio Público (MP).
Desde el 2 de septiembre hasta el momento mantienen en detención preventiva a 29 personas presuntamente vinculadas a este delito, de los cuales 23 son panameños, seis colombianos y un asiático, según la fuente.
‘Con mayor frecuencia hemos observado que la modalidad más conocida es la de los mochileros’, dijo a periodistas el fiscal Raúl Majoré, quien señaló que se conoce de grupos delictivos que actúan en las regiones selváticas de la línea fronteriza y proceden de la zona de Acandí, en el Chocó colombiano.
Una vez en territorio panameño, utilizan la vía terrestre para trasladar esa carga por carretera hasta el destino final, que no pocas veces son los puertos.
Entre las rutas más comunes para el paso fronterizo están las cuencas hidrográficas, principalmente de los ríos Tuira, Tupiza y Membrillo, donde realizaron al menos seis operativos conjuntos el MP y unidades de fuerzas especiales del Servicio Nacional de Fronteras, aseveró.
Las autoridades panameñas incautaron unas 22 toneladas métricas de cocaína en lo que va de año, y detuvieron provisionalmente a decenas de personas supuestamente vinculadas, informó el MP.
En el Darién fue de 332 kilogramos de mariguana y casi 2,8 toneladas de cocaína, mientras el resto de los estupefacientes confiscados fueron en operaciones marinas en ambas costas panameñas y otras partes del territorio nacional utilizado en la ruta del narcotráfico.
La Policía mantiene una fuerte persecución con quienes contaminan con drogas los contenedores que se trasiegan en puertos panameños, modalidad que genera, además, rivalidades entre pandillas locales por el control de tales delitos, con el costo de víctimas fatales, como ocurre actualmente en la caribeña ciudad de Colón.