Un día después de insistir en que Estados Unidos no está tan dividido como aseguran algunos, el presidente Barack Obamaha convocando a policías, líderes de los derechos civiles, activistas y políticos para discutir sobre cómo restaurar la confianza de las comunidades en medio de las tenciones raciales.
La conversación del miércoles en la Casa Blanca sobre policía comunitaria y justicia penal se realiza luego que el presidente dijera en Dallas que la violencia de la semana pasada ha dejado al descubierto “la más profunda falla sísmica en nuestra democracia” en la cual “ninguno de nosotros es enteramente inocente”.
El presidente fue el orador principal en el servicio funeral en memoria de los cinco policías muertos durante el ataque a una manifestación en Dallas.
El ataque fue realizado por un veterano del ejército, molesto por la muerte de dos hombres negros en Luisiana y Minnesota a manos de la policía.
“Comprendo cómo se sienten los estadounidenses, pero Dallas, aquí estoy para decirles que debemos rechazar esa desesperanza”, dijo Obama.
El mandatario urgió a la nación a conversar “honesta y abiertamente” sobre el estado actual de las relaciones interraciales, asegurando que la inmensa mayoría de los oficiales de policía es “merecedora de nuestro respeto, no de nuestro desdén”.
Durante su vuelo a Dallas, Obama telefoneó a las familias de los dos hombres muertos por la policía, Alton Sterling y Philando Castile, para ofrecer condolencias a nombre del pueblo estadounidense.
El expresidente George W. Bush, que como residente de Dallas fue otro de los oradores, también subrayó la idea de buscar un propósito común.
“Demasiado a menudo juzgamos a otros grupos por sus peores ejemplos, mientras nos juzgamos a nosotros mismos por nuestras mejores intenciones”, dijo Bush.
“No queremos la unidad en el dolor, tampoco la unidad por el miedo”, remarcó Bush. “Queremos la unidad en la esperanza, el afecto y los mejores propósitos”.
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