Por 19 votos a favor y 10 en contra, la Organización de los Estados Americanos, OEA, aprobó una resolución para convocar a consulta a los cancilleres del hemisferio sobre la situación en Venezuela.
La decisión se tomó el miércoles en el marco de una reunión extraordinaria solicitada por 17 países.
Belice, El Salvador, República Dominicana y Trinidad y Tobago se abstuvieron. Grenada fue el único país ausente.
El embajador encargado de Venezuela, Samuel Moncada, alegó que la sesión es una violación a los “derechos esenciales de un estado soberano”, y dijo que el grupo de países que pidieron la reunión “ya tienen la decisión tomada”.
Moncada acusó a Estados Unidos, sin nombrarlo directamente, de presionar a los demás países “para imponer sus intereses”.
El diplomático venezolano dijo “nosotros queremos resolver este asunto”, pero propuso realizar el diálogo en el marco de una reunión de la CELAC, la Comunidad de Estados Americanos y Caribeños, al que pertenecen 33 naciones de la región.
Venezuela solicitó esa reunión, que está convocada para mayo.
Moncada advirtió a los embajadores asistentes que la aprobación de la resolución sería considerada por Venezuela “como un acto hostil”, y reiteró la amenaza hecha por la canciller venezolana Delcy Rodríguez, el lunes, de que su país se retiraría de la OEA si la convocatoria a los cancilleres del hemisferio era aprobada.
Poco después de la sesión extraordinaria del miércoles en la OEA, la canciller de Venezuela Delcy Rodríguez anunció en la televisión estatal que el país inició la retirada del organismo continental, un proceso que tardaría 24 meses.
Bolivia, uno de los nueve países que apoyó a Venezuela votando en contra de la resolución, también respaldó el diálogo en la CELAC, y acusó a la OEA de “falta de imparcialidad” en la discusión sobre la situación venezolana.
La canciller argentina Susana Malcorra respondió a las objeciones de Venezuela afirmando que si el problema en esa nación es tan importante y tan grave como para que las mismas autoridades lo hayan reconocido y hayan solicitado una reunión de la CELAC para buscar un diálogo, eso puede hacerse dentro de la OEA, señaló.
Malcorra razonó que todos los países de la CELAC son miembros de la OEA, cuya carta de derechos le autoriza a velar por el bienestar democrático de las naciones del grupo.
El encuentro, en la sede la OEA en Washington, fue presidido por el embajador boliviano Diego Pary, presidente pro-Témpore del Consejo Permanente.