Altos funcionarios de Naciones Unidas condenaron de manera enérgica un ataque aéreo con saldo de cientos de víctimas en la capital yemenita, Sana, atribuido a la coalición liderada por Arabia Saudita que bombardea a rebeldes Huti.
Al menos 140 personas perdieron la vida y más de 500 resultaron heridas durante la incursión contra un funeral.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, reiteró que cualquier ataque deliberado a civiles resulta inaceptable y demandó una investigación imparcial sobre lo ocurrido.
Los responsables de esta acción deben rendir cuentas ante la justicia, afirmó en un comunicado.
También el secretario general adjunto para Asuntos Humanitarios, Stephen O´Brien, manifestó su rechazo por lo ocurrido la víspera en Sana, hechos que calificó de horribles y extremadamente perturbadores.
Ambos funcionarios transmitieron sus condolencias a los familiares de las víctimas y desearon una pronta recuperación a los heridos.
Arabia Saudita y sus aliados sunitas bombardean desde finales de marzo de 2015 a los insurgentes chiitas, quienes controlan varias áreas del país de la Península Arábiga.
Los ataques aéreos extranjeros contra Yemen han dejado cientos de muertos y la destrucción de infraestructura vital, una situación denunciada de manera reiterada por la ONU y otras organizaciones internacionales, entre ellas defensoras de los derechos humanos.
También los rebeldes de la tribu Huti son acusados de crímenes contra la población civil.
El Secretario General de Naciones Unidas recordó a las partes en conflicto su responsabilidad de proteger a las personas inocentes, al amparo de las obligaciones ante el derecho internacional humanitario.