La Habana (Xinhua) — Cuba protestó de manera enérgica y calificó de “infundada”, “inaceptable”, y con un carácter político, la decisión del gobierno de Estados Unidos de ordenar el retiro de 15 diplomáticos de la embajada de La Habana en Washington.
En conferencia de prensa transmitida en vivo por la radio y la televisión nacional, el ministro cubano de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, dijo que la cancillería “protesta de manera enérgica y denuncia esta decisión infundada e inaceptable, así como el pretexto utilizado para justificarla”.
El Departamento de Estado de Estados Unidos anunció este martes la orden de salida de diplomáticos en un plazo de siete días, tras alegar que Washington redujo el personal en su misión en La Habana ante los supuestos “ataques sónicos” contra sus diplomáticos y a que el gobierno cubano no ha dado pasos necesarios para prevenir esos hechos.
Según la parte estadounidense, los inexplicables incidentes comenzaron en noviembre de 2016 y afectaron la salud de una veintena de trabajadores del servicio exterior estadounidense en la nación caribeña y familiares, aquejados de problemas de audición, equilibrio y vista.
Rodríguez afirmó que esta es la segunda ocasión que la Casa Blanca responde de manera “precipitada, inapropiada e irreflexiva” referente al caso, después que el pasado 23 de mayo ordenó que dos diplomáticos cubanos abandonaran el territorio estadounidense.
Tras subrayar que Cuba no tiene responsabilidad alguna en los sucesos, el canciller reiteró que su país cumple con seriedad y rigor con la Convención de Viena sobre las relaciones diplomáticas de 1961, en lo que respecta a la protección de la integridad de los agentes diplomáticos extranjeros acreditados en la isla.
Cuba “puede mostrar un historial impecable”, agregó.
El jefe de la diplomacia cubana consideró “tardía, fraccionada e insuficiente” la información ofrecida a la isla por los investigadores estadounidenses sobre los alegados incidentes.
Enfatizó que la investigación realizada por Cuba, según la información disponible y los datos proporcionados por Estados Unidos, arrojó que “no existen evidencias de la ocurrencia de los alegados incidentes, ni de las causas y el origen de las afecciones de salud notificadas por los diplomáticos estadounidenses y sus familiares”.
“Tampoco se han identificado posibles autores ni personas con motivaciones, intenciones o medios para ejecutar este tipo de acciones, ni se ha establecido la presencia de personas o medios sospechosos en los lugares donde se reportaron los hechos”, añadió.
“La decisión del gobierno de Estados Unidos de reducir el personal diplomático cubano en Washington, sin que hayan resultados investigativos concluyentes ni pruebas de los incidentes, tiene un carácter eminentemente político”, insistió el canciller.
De igual forma alertó que politizar este asunto puede provocar “una escalada indeseada”, así como “enrarecer y hacer retroceder más” las relaciones bilaterales.
Cuba y Estados Unidos restablecieron vínculos diplomáticos en julio de 2015, luego de más de 50 años de hostilidad, como parte de una política de aproximación que inició el entonces presidente estadounidense, Barack Obama.
Este acercamiento, sin embargo, fue revertido por su sucesor Donald Trump, al anunciar en junio último una serie de medidas que endurecen el bloqueo económico contra La Habana, vigente desde 1962.
Rodríguez reiteró, no obstante, la disposición de Cuba a continuar propiciando una “colaboración seria y objetiva” entre las autoridades de ambos países con vistas a lograr el esclarecimiento de los hechos, para lo cual será necesario la cooperación más eficiente de las agencias de Estados Unidos.