Según la jefa de Policía de Seguridad Charlotte von Essen, el país escandinavo “ha pasado de ser considerado un objetivo legítimo de atentados terroristas a ser considerado un objetivo prioritario”
Suecia elevó este jueves la amenaza terrorista al segundo nivel más alto posible, en medio del “empeoramiento de la situación respecto a la amenaza de ataques” contra el país, tras una serie de quemas del Corán que han causado indignación en el mundo musulmán.
“El panorama de amenazas contra Suecia ha cambiado gradualmente y la amenaza de ataques por parte de actores dentro del islamismo violento ha aumentado durante el año“, dijo la jefa de Policía de Seguridad Charlotte von Essen.
Essen aseguró que el país escandinavo “ha pasado de ser considerado un objetivo legítimo de atentados terroristas a ser considerado un objetivo prioritario“, lo que sugiere que la amenaza “permanecerá por un período más largo de tiempo”.
Por primera vez desde 2016, el nivel de amenaza cambia de tres, que significa “amenaza mayor”, a cuatro, que indica “amenaza alta” en una escala de cinco puntos. Según el comunicado de la Policía de Seguridad, se trata de un movimiento “estratégico y de largo plazo“, no vinculado a un evento en particular.
La medida se adopta después de que el Reino Unido advirtiera a sus ciudadanos de posibles ataques terrorista en el país y cambiara sus recomendaciones de viaje.
Paralelamente, la organización terrorista Al Qaeda llamó esta semana a sus seguidores a realizar actos violentos contra los monarcas de Suecia y Dinamarca y contra funcionarios del Ejército, así como a destruir sus embajadas en represalia por las recientes quemas del Corán por parte de manifestantes de extrema derecha.
- En los últimos meses, activistas antiislamistas de Suecia, Dinamarca, y los Países Bajos han quemado varios ejemplares del Corán, lo que ha provocado descontento y multitudinarias protestas de rechazo en países como Irak, El íbano e Irán.
- Ante el empeoramiento de las relaciones entre los países escandinavos y las naciones musulmanas, tanto Copenhague como Estocolmo consideran introducir cambios en su legislación para detener las quemas del libro sagrado del islam, argumentando que estos actos representan un riesgo para la seguridad de sus ciudadanos.