
Tras el triunfo en las elecciones, Kast festejó con su esposa y seguidores.
Antes de asumir la presidencia de Chile, José Antonio Kast renunciará al Partido Republicano con el objetivo de mostrarse como el líder de todo el país, elegirá a su gabinete y diseñará una estrategia para que el “Gobierno de emergencia”, que prometió durante la campaña, sea visible desde el primer día de una gestión que comenzará el próximo 11 de marzo.
Así lo señalaron varios medios locales luego del contundente triunfo del líder ultraderechista, quien la víspera se convirtió en el presidente más votado de la historia del país sudamericano, al obtener el 58,1 % de los votos frente al 41,8 % que alcanzó su rival de izquierda, Jeannette Jara.
La noche del domingo, Kast confirmó su salida del partido que él mismo creó en 2019, como parte de un proyecto que incluyó tres campañas presidenciales. Lo hizo en un discurso moderado en el que incluso reconoció el aporte de adversarios como Jara, el presidente Gabriel Boric y la expresidenta Michelle Bachelet, representantes de la izquierda.
“Para mí no es fácil renunciar al Partido Republicano, del cual soy uno de sus fundadores, pero entiendo que lo que se necesita hacia adelante es un presidente de todos los chilenos”, señaló.
El diario La Tercera aseguró que en estos casi tres meses que faltan para la toma de posesión, Kast y su equipo prepararán los proyectos de ley que enviarán de inmediato al Congreso para reducir impuestos, facilitar la compra de vivienda, favorecer la inversión local y extranjera, y recortar 6.000 millones de dólares de gasto público, que fue una de las propuestas centrales de su exitosa campaña. Para ello, se prevén despidos masivos en el sector público.

José Antonio Kast.
Cambios
También anticipó que, contrario a sus antecesores, Kast se mostrará activo durante el periodo de transición que iniciará el mediodía de este lunes, con la reunión que sostendrá con Boric en La Moneda, sede del Gobierno.
De hecho, trascendió que, una vez que asuma, el presidente electo se mudaría a La Moneda, como una señal de que trabaja “tiempo completo”, algo que no ocurre desde la presidencia de Carlos Ibañez del Campo (1952-1958), quien fue el último jefe de Estado en habitar este palacio.
Otra novedad sería la reducción de ministerios para demostrar que la administración pública puede ser más eficiente con menos cargos.
Por otra parte, analistas políticos entrevistados por el portal El Mercurio advirtieron que Kast y su equipo no deben ceder a la tentación de la “borrachera electoral” por el alto caudal de votos que obtuvo ese espacio político, ya que la prioridad es cumplir las altas expectativas que ahora tiene la ciudadanía.
Recomendaron, además, que el presidente electo forme un Gobierno de coalición con todas las fuerzas de derecha, lo que, a su vez, le permitiría consolidar una mayoría parlamentaria.
Entre los desafíos, mencionaron la necesidad de que los primeros 100 días de Kast se muestren iniciativas concretas acordes al “Gobierno de emergencia” que propuso como candidato.