La más reciente migración de nicaragüenses huyendo de la crisis política y el desempleo pudiese representar un reto para ya conocida y aplaudida hospitalidad y manejo de crisis migratoria de su vecino Costa Rica.
Si bien no se tiene el número exacto de personas que emigraron desde el comienzo de las manifestaciones en Nicaragua en abril, la cifra no se compara con la crisis de migrantes centroamericanos hacia EE.UU o la de venezolanos. Sin embargo, este éxodo ha tenido un efecto inquietante en países de la región, especialmente Costa Rica, que ha recibido la mayor afluencia de nicaragüenses, explica un reporte de The New York Times.
El éxodo actual es solo el más reciente de las últimas décadas de la migración nicaragüense hacia Costa Rica, donde suman unos 500,000, aproximadamente una décima parte de la población de Costa Rica, según funcionarios del gobierno.
Este año, más de 24.000 nicaragüenses han formalmente expresado su deseo de pedir asilo en Costa Rica, un incremento importante en comparación con el año pasado, cuando un total de 6.300 personas de todas las nacionalidades solicitaron asilo.
Esto sin contar los nicaragüenses que han llegado ilegalmente huyendo de las fuerzas de seguridad y se han acoplado a las comunidades en la frontera, señala la publicación.
El atraso de la oficina de migración es tal que las nuevas citas para las entrevistas a quienes buscan asilo están siendo programadas para la próxima primavera, y la administración del presidente Carlos Alvarado Quesada ya ha apelado a la comunidad internacional por ayuda.
Las agencias de las Naciones Unidas aceptó proveer espacio extra de oficina y salario para más agentes migratorias y así acelerar el trabajo.
El diario estadounidense señala que Epsy Campbell Barr, la canciller y vicepresidenta de Costa Rica, afirmó que su gobierno se está preparando para que la situación política en Nicaragua empeore a medida que termina el año, probablemente provocando más migrantes para Costa Rica.
La crisis nicaragüense amenaza con volverse “muy grande para un país con las condiciones de Costa Rica”, indicó Campbell.
“Tristemente”, agregó,”no está claro cuando la crisis va terminar”.