Cuando David Livingstone, explorador y misionero escocés vio las Cataratas Victoria en Africa dijo sentirse como un ángel en vuelo. Y así están los maravillosos Dodgers de Los Ángeles que dirige Dave Roberts esta temporada 2017, volando como pájaro muy lejos del cazador más cercano, provocando ruido ensordecedor igual que el de los sesenta millones de litros de agua que caen cada minuto en uno de los más bellos y grandiosos espectáculos de la naturaleza.
Esta es sin duda la más genial temporada en las últimas décadas para los Dodgers, nómina que encabeza Kershaw tres veces ganador de un Cy Young, dueño además de una efectividad asombrosa, muy escasa hoy día. Clayton y su inagotable fórmula ganadora como aquellos recipientes cuyo contenido de harina y aceite jamás se le agotaron al profeta Elías, ha construido impresionantes números a base de velocidad, fuerza y cerebral manejo de sus lanzamientos, con la energía dinámica de un vigoroso uro, aquel famoso toro salvaje en tiempos del emperador Julio César.
La Fernandomanía
36 años atrás precisamente un zurdo veinteañero de Etchohuaquila Sonora, México; condujo a los Dodgers a su penúltima Serie Mundial de ribetes épicos contra el emblemático equipo de los Yankees de Nueva York, su nombre: Fernando Valenzuela.Ganador único del premio al novato del año y el prestigioso Cy Young en la temporada de la fernadomanía (1981), dueño de un screwball (tirabuzón) maestro, lanzamiento que ya no se ve, y colocado como el noveno de los mejores veinte jugadores en la historia de la franquicia por Los Ángeles Times, Fernando es cita obligatoria en la hoja de vida del equipo angelino.
Sin el mexicano, el undécimo duelo entre Yankees y Dodgers no se hubiese escrito en letras azules. El tercer partido de ese mítico enfrentamiento fue con casa llena. El Toro crecido colgando cinco ceros seguidos, después de un arranque titubeante y errático, cerró gloriosamente un noveno episodio mágico como el Disney World de California, sacando en fila a Jerry Mumphrey, Dave Winfield (El gigante) y Lou Piniella. Tres fieras decapitadas por ese Got azteca. Rodeado de 56, 236 fanáticos sacudiéndose los nervios que emana un final expectante con el marcador 5×4, el zurdo selló con ponche la victoria que cambió el destino de aquella Serie Mundial conquistada por los Dodgers y sin duda el mejor arranque que el béisbol rememore para un novato.
1988: Dodgers vs Oakland, jonrón mítico de Gibson
Enfrentándose al temible equipo de Oakland con MacGwire y Canseco haciendo temblar las bardas y el súper salvador de juegos Dennis Eckersley, los Dodgers volvieron a ganar el clásico de Otoño de la mano de Orel Hershiser. Cómo olvidar el 4×3 a favor de los Atléticos en el cierre de la novena entrada del primer juego, con la cuenta en su punto máximo de 3 bolas y 2 strikes. Un Kirk Gibson lisiado por las múltiples lesiones, como si fuese extraído del mejor guión de Hollywood, conectó sobre un slider de Eckersley (a base de gran swing por el estupendo movimiento de brazos), kilométrico jonrón por la banda derecha con Mike Davis circulando en segunda.
Una de las vueltas más inolvidables al diamante que se recuerde en series mundiales…Tom LaSorda extasiado saliendo del dogout mientras la muchedumbre hacía gemir el estadio como el dolor agudo después de un zarpazo de León sobre la lisa epidermis. Hershiser lanzando en dos ocasiones jornada completa fue el MVP permitiendo solamente dos carreras en dieciocho entradas. Hasta ese instante las estadísticas indicaban siete jonrones decidiendo un partido de Serie Mundial pero el de Kirk fue el primero en 496 encuentros viniendo desde atrás.
29 años después
¡Un registro impresionante!, ¡el mejor de la actual campaña! Estos Dodgers de Cody Bellinger, extraordinario novato de 34 cuadrangulares, con Yasiel Puig, Wood y el bienhechor monticulista refuerzo japonés Yu Darvish por citar solo unos cuantos nombres, es la más resplandeciente armada azul a la que cualquier oponente de la actualidad pueda desafiar, tan filosa como la dentadura de un Jaguar.
Suficientemente cubiertas todas las áreas, los Dodgers como Ciro El Grande con sus fuerzas de Media y Persia en busca de los Babilonios, deben ser protagonistas de la próxima Serie Mundial frente a los Astros de Houston, otro equipazo capaz de mover montañas. Posibilidad latente que nos pondrá sobre la mesa bocado de Cardenal y Papa. Benditos Dodgers; temibles caballeros que seducen y subyugan en el mejor de los sentidos.
*Los Ángeles California. USA.