La Audiencia Nacional considera que las condenas, que obviaron un informe que le exculpaba, no supusieron “un error judicial evidente”.

Ahmed Tommouhi fue detenido, encarcelado preventivamente y condenado por la justicia española a principios de los 90. Pasó 15 años en prisión por una serie de violaciones y robos por violencia que no cometió.
Su inocencia ya ha sido demostrada, casi 35 años después, pero un nuevo golpe judicial ahonda la grieta que destrozó entonces su vida.
La Audiencia Nacional le ha negado una indemnización porque considera que no se trató de “un error judicial evidente” y además, le impone el pago de las costas.
Tres décadas de condenas y absoluciones
La trágica historia de Tommouhi comenzó a finales del año 1991. En ese entonces, tenía 40 años y tenía meses de haber emigrado desde su Marruecos natal a Barcelona, una ciudad que se encontraba en plena ebullición por la preparación de los Juegos Olímpicos que se celebrarían al año siguiente.
En ese contexto, ocurrieron una oleada de violaciones y robos con violencia contra mujeres y parejas jóvenes, que tenían características comunes: eran perpetrados por dos sujetos que abusaban sexualmente de la víctima por turnos.
⚖️Inocente injustamente condenado (Tommouhi). Cumple condena íntegra (15 años). En revisión es absuelto. Si hubiera cumplido «solo» prisión provisional (caso Rosell) le hubieran indemnizado, como cumplió condena completa la AN pudo elegir no indemnizar. https://t.co/NH5MugmBwG
— Safira Cantos (@SafiraCantos) May 17, 2025
En noviembre de 1991, la policía detuvo a dos ciudadanos marroquíes acusados de esos crímenes: Ahmed Tommouhi, en Terrassa, y Abderrazak Mounib, en Barcelona. Los dos se alojaban en la misma pensión, donde trabajaban, y coincidían con la descripción que habían dado algunas de las víctimas.
Ambos fueron condenados por esos crímenes, con la única prueba de su apariencia física y el señalamiento de varias víctimas, que creyeron reconocer en ellos los rostros de los agresores.
Mounib murió en prisión en el año 2000. Tommounhi estuvo preso hasta el año 2006, cuando terminó de cumplir su sentencia. Para entonces, la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ya había reconocido su inocencia en uno de los casos, gracias a una prueba de ADN.
En 2023, el Tribunal Supremo anuló otras dos condenas de 1992, mientras que este mismo año ha anulado las penas restantes.
La Audiencia Nacional da la puntilla
En abril de este año, cinco jueces de la Audiencia Nacional decretaron el último fallo, tras un recurso impulsado por Tommouhi. El hombre, que ahora tiene 74 años, ha pedido que el Estado reconozca los múltiples errores cometidos y le indeminice.
6️⃣ ¿No fue un error? La Fiscalía alega que ya fue presentada la prueba de ADN y fue denegada como si fuera una cuestión de criterio de valoración, pero el propio Tribunal Supremo afirma que no, nunca antes se había tenido en cuenta el informe pericial que demostraba la falta de… pic.twitter.com/AQpk4VyM7x
— Fundación Hay Derecho (@HayDerecho) April 24, 2025
Sin embargo, los magistrados consideran que condenar por violación a un hombre, a pesar de haber ignorado un informe técnico que lo exculpaba, no es un “error judicial evidente”. La prueba obraba en el procedimiento desde el año 1992, como explica en un artículo la abogada de Tommouhi, Celia Carbonell.
Como puntilla final, el tribunal español condena a un hombre inocente, que pasó 15 años en prisión de manera injusta, a pagar las costas de este último proceso judicial.
Un parecido fatídico
Ahora todo apunta a un parecido fatídico. Unos años después de los sucesos de 1991, en 1995, volvió a tener lugar en Barcelona otra ola de violaciones con el mismo ‘modus operandi’, cuando Tommouhi y Mounib se encontraban encarcelados.
En esa oportunidad se detuvo a Antonio García Carbonell, que compartía un gran parecido con Tommouhi y cuyo perfil genético era compatible con el semen hallado en las prendas de una de las víctimas de agresión sexual.
Todo apunta a un error en el reconocimiento de las víctimas, algunas de las cuales se retractaron de su señalamiento. Una de ellas ha pasado los últimos años queriendo remediar el error que cometió cuando fue violada a los 14 años y sufriendo porque un inocente fuera condenado. “Si no es él, ¿por qué lo siguen culpando?”, decía en una entrevista en 2022.
Ahora Tommouhi sufre problemas de salud y está obligado a ir en silla de ruedas. Tras ser puesto en libertad en 2006 se quedó en la calle sin siquiera permiso de trabajo. “Para poder trabajar tenían que pasar cinco años de libertad condicional y otros cinco sin delinquir”, explicó en una entrevista hace dos semanas al Diario Ara.
Tras ser encarcelado, su mujer se quedó sola con tres niños pequeños y volvió a Marruecos. Tommouhi ha sobrevivido los últimos años gracias a la ayuda de la familia con la que contaba en Barcelona, especialmente un hermano.