Todo ocurrió diría Rubén, entre un aire suave, de pausados giros; (…) y suspiros tenues. Hace 26 años uno de los tres más grandes atletas nicas, con la precisión misma, bisturí en mano, de un cirujano plástico, realizó durante nueve episodios veintisiete incisiones perfectas, logrando suturar sin dejar más rastro que el de la inmortalidad.
Quién se imaginaría…
Un 28 de julio de 1991 tarde de domingo, se enfrentaban los Expos de Montreal a los Dodgers de los Ángeles. Más de 45 mil asistentes compran su boleto sin imaginar que serían testigos de un hecho poco probable. Esa escasez en la historia, consigue que las dimensiones de la hazaña en el tiempo no pierdan ni un instante su valor. Dennis, El Chirizo, pintó la pizarra del Dodgers Stadium con puros ceros, provocando temblor a lo largo y ancho de los ciento treinta mil kilómetros del territorio que le vio nacer. Un Martínez optimizado inning tras inning, trazó la perfección que exige el béisbol para ser inscrito en la lista donde los dedos de las dos manos sobran para citar los nombres que logran un juego perfecto.
¡Dennis al lado de Sandy Koufax!, ¡El único Expos de Montreal en ese club! amigos míos, los años solamente agigantan la grandeza de ”El Presidente”. Estoy seguro que de haber sido observada por Thomas Mann estaría incluida como pieza clave en la cima de “La Montaña Mágica.”
El primer temblor….
Hay oportunidades que definen nuestras vidas y Dennis sobrevivió a dos momentos cruciales del partido. Con olfato agudo de felino atrapó el toque de bola sorpresivo de Juan Samuel en el séptimo episodio, mientras el esférico se deslizaba amenazante hacia su izquierda diluyendo de esa manera el intento de derruir la obra maestra en construcción.
Atrápala Grisson, atrápala …
Luego en el noveno capítulo con todo el público de pie a solo un out del final, el toreo al zurdo Chris Gwynn llegando al conteo de una bola y dos strikes. Punto de mayor ebullición, de pecho abultado por el mar de emociones que invaden el momento, cuando el ser o no ser del que habla Hamlet es la cuestión. Esa teoría adquirió significado absoluto para el nicaragüense, tras la atrapada de Marquis Grisson yendo hacia el fondo del jardín central consumando el hito.
La vida que pasa igual que un viento de huracán, no logra desdibujar a ese Dennis decorando una tarde cualquiera que vistió de gala con la complicidad de sus compañeros. Pocas veces eres tocado por ese algo extra que te saca de la norma y te catapulta al Olimpo.
Así ocurrió detrás del telón…
Eventos fortuitos o divinidad suelen conjugarse para cambiar una historia. Por eso me pregunto…si ese día Dennis no se hubiera levantado una hora más tarde…si al final de la misa el célebre narrador de los Dodgers Vin Scully no le hubiese preguntado: ¿Oye, tú no lanzas hoy? O si aquel taxi normalmente estacionado cuatro cuadras más adelante, no estuviera enfrente de la iglesia consiguiendo de esa manera que pudiese llegar a tiempo para lanzar, nada de esto probablemente hubiera ocurrido…
Pero siendo la vida un efecto producto del cruce de incidentes entre esas otras vidas y la nuestra, todo se ajustó para que esa hora extra en cama, se viese compensada con la presencia del taxista en el sitio correcto y al tiempo exacto.
Como escribió Martí: “Cada cual al morir enseñará al cielo su obra acabada, (…) ¡Triste el que muere sin haber hecho la suya!” Aquel día memorable Dennis estuvo en su nivel máximo; Londres, Viena, Praga, Italia incluso Buenos Aires, se irguieron para honrar el estallido cumbre del primer latino en lanzar un juego perfecto, con el sello formidable de un Caupolicán.
”Llega un instante en que adviertes (…) que sólo las cosas conservadas tienen alguna posibilidad de ser reales”; como Los “Relojes Blandos” de Salvador Dalí o “Los Miserables” de Víctor Hugo; y Dennis con su rapto de inspiración al vencer 2×0 a los Dodgers recibió el visado de su pasaporte a la eternidad.
Los Ángeles California. USA.