San José – El presidente Luis Guillermo Solís aseguró ayer miércoles que Costa Rica no está en la quiebra y defendió las recientes medidas para salvaguardar las necesidades de las familias, sobre todo las más vulnerables, y proteger la confianza financiera.
Visiblemente molesto con el periodista que al preguntarle le insinuó que su Administración era la responsable de la actual crisis de liquidez, Solís respondió que ‘lo que dije anoche lo he dicho los últimos tres años. No hay novedad. Tenemos 15 años de atraso, cuatro gobiernos intentaron hacer la reforma y no se ha logrado’, esgrimió.
No hay Gobierno que haya hecho los recortes nuestros, apuntó el mandatario en su habitual encuentro semanal con la prensa, esta vez realizado después de su asistencia a la misa en honor a la Patrona de Costa Rica, la Virgen de los Ángeles, cuyo día se celebra ayer por haber sido encontrada su imagen este día, pero de 1635.
Tras indicar que como era una promesa de campaña, en los primeros dos años de Administración se abstuvieron de solicitar la reforma tributaria necesaria y también porque eso daba un margen para convencer al pueblo de que los impuestos se utilizan de buena manera.
‘Ahora todo el mundo se quita el tiro y recuerdan los años que gobernaron y no hicieron nada. Esto no se trata de echarle la culpa a nadie. Hay que salir con un espíritu de unidad nacional para que el pueblo deje de padecer esta incertidumbre’, aseveró Solís al defender el paquete de medidas anunciado anoche.
Insistió en la necesidad de hacer esfuerzos desde ya para que no sean tan dolorosos, porque ‘nadie quiere que Costa Rica se parezca a Grecia, Italia o España en el 2008’, contrastó en alusión a la crisis económica y financiera global.
Ante la solicitud del presidente, el vicepresidente y ministro de Hacienda Helio Fallas exaltó que este es un buen momento para implementar el decreto y sostuvo que ‘nos preocupan los programas sociales y por eso habrá un orden de prioridades’.
Recordó que en el primer semestre de este año, el gobierno liquidó una deuda acumulada de ocho años, lo cual también afectó las finanzas del Estado.
Entre las medidas para enfrentar esta situación, anunciadas anoche, aparece la firma de un decreto presidencial que ordena a la Tesorería Nacional priorizar los pagos del Estado de tal manera que se atiendan en primer lugar el de la deuda pública, los salarios y pensiones del Gobierno central, las transferencias conforme su urgencia social y después el resto de las obligaciones.
No habrá nuevas modificaciones presupuestarias mediante decreto que impliquen más erogaciones, una moratoria en las declaratorias de actividades de interés público que impliquen exoneraciones fiscales; y que el presupuesto para el año 2018 tenga un crecimiento cero en todos aquellos rubros que no tengan obligación legal para aumentar.
También se enunciaron la convocatoria a la discusión de los diputados del proyecto de ley que transforma el Impuesto de Ventas en el Impuesto al Valor Agregado, así como el que reforma el Impuesto sobre la Renta y procurar más alternativas de financiamiento entre inversionistas extranjeros que quieran comprar títulos en el país.