El proyecto alcanzará a doce pacientes y es financiado por el Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica
Un grupo de investigadores del CONICET probará un nuevo protocolo clínico para el tratamiento del cáncer de páncreas en humanos. El equipo, que desarrolla sus actividades en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) utilizará dos drogas combinadas administradas crónicamente en doce pacientes con tumores en estadios avanzados.
Uno de los fármacos que se empleará se encuentra en proceso de aprobación por parte de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) y el otro, es comúnmente utilizado para tratar afecciones cardíacas.
Los pacientes tratados según este protocolo seguirán, además, el tratamiento quimioterapéutico tradicional. “Estas dos drogas se administran por vía oral y prácticamente no tienen toxicidad, incluso si el paciente no responde al tratamiento tradicional podrá seguir recibiendo las dos drogas”, indicó Graciela Scharovsky, investigadora principal del CONICET y directora del equipo.
Este proyecto, que es financiado a través de un subsidio del Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica (FONCyT), alcanzará por el momento a una docena de pacientes en tres años. “No es un número de casos muy elevado, pero de acuerdo a los resultados que obtengamos podemos plantear nuevos proyectos que permitan aumentar el número de personas tratadas”, afirmó Viviana Rozados, miembro del equipo.
“Desde nuestro laboratorio queremos generar una base de conocimiento preclínico buscando acortar el tiempo que pasa desde el desarrollo de una terapia nueva hasta el aprovechamiento por parte del paciente. Para ello es clave la interacción entre los médicos y nosotros, que hacemos investigación básica”, apuntó Leandro Mainetti investigador asistente del CONICET y miembro del equipo.
En este proyecto, el equipo de la Facultad de Ciencias Médicas trabajará en colaboración con investigadores de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas y con oncólogos del Hospital Provincial del Centenario, conformando un grupo interdisciplinario y multiinstitucional.
Quimioterapia metronómica y reposicionamiento de drogas
Este nuevo protocolo se enmarca dentro de una línea de investigación sobre quimioterapia metronómica y reposicionamiento de fármacos que el equipo dirigido por la doctora Scharovsky viene trabajando desde hace más de quince años.
La quimioterapia metronómica consiste en la administración de drogas de uso común en el tratamiento del cáncer, a intervalos regulares, en forma crónica y sin períodos prolongados de descanso, pero en dosis mucho más bajas que las indicadas normalmente.
“Por lo general, en los tratamientos contra el cáncer se administra lo que se llama la dosis máxima tolerada, esa dosis resulta muy tóxica y los pacientes tienen que hacer períodos de descanso para recuperarse”, explicó Scharovsky y agregó “en esos descansos, las células tumorales que fueron resistentes al tratamiento, pueden volver a proliferar y formar nuevamente un tumor, muchas veces más maligno que el anterior”. En cambio, la quimioterapia metronómica tiene el doble beneficio de no causar efectos secundarios debido a la baja toxicidad de las dosis y, por otro lado, de impedir que las células malignas proliferen por ser administrada crónicamente y sin período prolongados de descanso.
“Este método implica un cambio de paradigma. A veces se considera que cuanto mayor la dosis, mejor, porque así puede matar más células. En el caso de la quimioterapia metronómica menos es más, pero si se administra crónicamente”, sostuvo Scharovsky.
Los investigadores suman a este cambio de paradigma el reposicionamiento de drogas en oncología, que consiste en aplicar para el tratamiento del cáncer un fármaco que ha sido formulado para otras patologías pero que mostró potencial antitumoral. En el caso del nuevo protocolo para el cáncer de páncreas, se utiliza un medicamente que originalmente fue pensado para problemas cardíacos, pero que sumado a una segunda droga puede tener efectos antitumorales.
La ventaja de reposicionar medicamentos radica en que, generalmente, estos han pasado por todas las etapas de estudio que autorizan su uso en humanos y que muchas veces son drogas que ya no están protegidas por patentes lo que las hace más económicas que los nuevos medicamentos.
El equipo de investigación dirigido por la doctora Scharovsky ya ha diseñado, empleando la quimioterapia metronómica y reposicionamiento de drogas, un protocolo contra el cáncer de mama que arrojó resultados muy alentadores. Actualmente, se encuentra trabajando en un protocolo para determinar marcadores de respuesta a quimioterapia metronómica en cáncer pediátrico en conjunto con médicos del Hospital Juan Pedro Garrahan de Buenos Aires y del Hospital Víctor J. Vilela de Rosario.