Rosemary DiCarlo alertó que la crisis en Etiopía conllevará una “catástrofe humanitaria y consumirá el futuro” del país africano
El conflicto armado en Etiopía podría desembocar con toda probabilidad en una guerra civil cada vez mayor, aseveró este lunes Rosemary DiCarlo, subsecretaria general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para Asuntos Políticos y Construcción de la Paz.
Según manifesó DiCarlo ante el Consejo de Seguridad de la ONU, siguen siendo inciertas las consecuencias de la crisis en esa nación africana, agravada por las crecientes tensiones entre las fuerzas insurgentes de la región de Tigray y los militares progubernamentales. “En un país con más de 110 millones de personas, más de 90 diferentes grupos étnicos y 80 idiomas, nadie puede predecir qué traerán los continuos enfrentamientos y la inseguridad permanente”, dijo.
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Amenaza interna
“Lo cierto es que el riesgo de que Etiopía caiga en una guerra civil creciente es más que real”, afirmó la subsecretaria general, que también opinó que la crisis conllevará una “catástrofe humanitaria y consumirá el futuro” de ese pueblo.
La violencia golpeará al país y profundizará otros “retos humanitarios”, como conflictos locales, inundaciones, sequías y enfermedades. Frente a esa perspectiva, y tras suspenderse los vuelos humanitarios el pasado 22 de octubre, la ONU se ve incapaz de brindar la ayuda que necesitan más de 20 millones de personas en toda Etiopía.
Según afirmó en su discurso Linda Thomas-Greenfield, representante permanente de EE.UU. ante la ONU, la “unidad e integridad del Estado de Etiopía se enfrenta a una amenaza interna para su existencia”.
“Es el momento para que todas las partes cesen las hostilidades y se abstengan de incitar a la violencia y la división”, reclamó.
Presión económica contraproducente
Por su parte, la representante adjunta permanente de Rusia ante la ONU, Anna Evstigneeva, citada por TASS, señaló que la crisis en el país africano no podrá resolverse mediante la presión económica, sino solamente preservando su integridad territorial.
“Estamos seguros de que la imposición de sanciones unilaterales e ilegales, la amenaza de su aplicación y la negativa a prestar asistencia económica son bastante contraproducentes y solamente llevarán al empeoramiento de la situación de las personas comunes que ya sufren, y no a su reconciliación”, dijo Evstigneeva.
El conflicto armado en Tigray se agudizó en 2020 cuando tropas etíopes y eritreas ocuparon la región, en medio de crecientes enfrentamientos con el Frente de Liberación Popular de Tigray (FLPT).
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