Los hechos violentos cuando se realizaba una manifestación en la ciudad de Dallas, EE.UU. en la cual los ciudadanos salieron a protestar a las calles, para pedir justicia por la muerte de dos afroamericanos muertos a tiros por la policía , generó otras acciones cuando cuatro policías murieron y otros siete resultaron heridos por disparos de franco tiradores.
Según la información disponible, se prevé que fueron al menos cuatro francotiradores quienes abrieron fuego contra las fuerzas de seguridad. La Policía difundió a través de las redes sociales la fotografía de uno de los sospechosos, que posteriormente se ha entregado. Mientras que el segundo sospechoso ha sido reducido por las fuerzas de seguridad.
Sin embargo, los últimos reportes indican que un tercer sospechoso se encuentra rodeado en un garaje y las fuerzas especiales están negociando su rendición. Además, el jefe de la Policía local ha señalado que los sospechosos han instalado bombas en el centro de Dallas.
Según los últimos datos, la agencia federal de aviación (FAA) de Estados Unidos ha anunciado la restricción del espacio aéreo sobre la ciudad de Dallas. “Ningún piloto puede operar un avión en el área”, ha dicho la FAA. “Solo aviones de operaciones de ayuda bajo la dirección del Departamento de Policía de Dallas están autorizados en el espacio aéreo”, ha agregado la agencia.
En diferentes ciudades del país fueron convocadas manifestaciones para rechazar los últimos casos de violencia policial. La noche de este miércoles, Philando Castile, un afroamericano de 32 años, falleció en Falcon Heights (Minnesota) abatido por los disparos efectuados por un agente de policía que le había dado el alto porque su vehículo tenía un faro trasero roto.
Mientras que este jueves, Alton Sterling, un hombre de 37 años que vendía CDs en la localidad de Baton Rouge, Luisiana, murió a manos de dos agentes que le dispararon cuando ya había sido reducido. Ambos incidentes fueron grabados por los testigos. Estos dos últimos asesinatos han agravado la herida racial del país y la desconfianza de las minorías hacia las fuerzas policiales. Activistas de derechos humanos han llamado a manifestaciones en todo EE.UU. Se están preparando concentraciones de protesta desde Washington D.C. a Oakland, California.