Una vez tendida, la nueva línea de transmisión de datos conectará los territorios no incorporados de Samoa Americana y Guam y se extenderá a varios países insulares
Estados Unidos planea conectar por medio de un nuevo cable submarino de Internet el archipiélago de Samoa Americana con la isla Guam, según ha podido saber la agencia Reuters. Al comunicar estos dos territorios no incorporados de EE.UU., la moderna línea de telecomunicaciones podría extenderse también a otros 12 países insulares y dependencias de la región central del océano Pacífico.
Los detalles del proyecto, denominado Cable del Pacífico Central, fueron mostrados a los participantes en una conferencia industrial en Singapur por los desarrolladores Paul McCann y John Hibbard, dos consultores expertos en el trazado submarino de cables. La consultoría APTelecom corre a cargo de un estudio de viabilidad del trazado e instalación de los cables submarinos de Internet, un proceso que suele prolongarse entre 3 y 5 años, según fuentes de Reuters.
Parte de la financiación podría proporcionarla el Banco Mundial, así como las agencias estatales de Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda. Una hoja informativa de la Casa Blanca divulgada el 25 de septiembre, después de una reunión en Washington entre los líderes de los Estados insulares del Pacífico y el presidente Joe Biden, confirmó que la Agencia de Comercio y Desarrollo de EE.UU. asumirá el gasto inicial de 3 millones de dólares para el estudio de viabilidad del cable.
La nota contiene también un importante detalle sobre la configuración del área que el proyecto pretende englobar, con el objetivo de “completar el triángulo con los Hawái” a partir de Guam y Samoa. Los beneficiarios podrían ser también Papúa Nueva Guinea, Samoa, Tuvalu, Fiyi, Nauru, las Islas Marshall, Kiribati, las Islas Cook, Wallis y Futuna (Francia) y Estados Federados de Micronesia.
El plan pone de relieve la competencia entre EE.UU. y China, en el marco de la promesa de la Administración Biden de ayudar a los países insulares a defenderse de las tentativas de “coerción económica” por parte de Pekín, según Reuters. De hecho, EE.UU. intervino hace dos años para impedir que una empresa china construyera otro cable submarino de Internet entre las islas del Pacífico.