Según los expertos, los cambios identificados pueden conllevar la reestructuración de cadenas alimentarias y ecosistemas enteros
La disminución del cantidad de insectos en el mundo se debe principalmente a la reducción de las poblaciones de las especies más comunes, aquellas que se encuentran en mayor número en un área particular. Sin embargo, esto no se compensa con el aumento de la cantidad de insectos raros, según un estudio publicado esta semana en la revista Nature.
A pesar de la disminución dramática en el número total de insectos en muchas partes del mundo, se sabe poco sobre las tendencias generales entre las especies localmente raras y abundantes durante largos períodos.
“Era obvio que era necesario explorar esto”, señaló en un comunicado Roel van Klink, autor principal de la investigación y científico del Centro de Investigación Integrativa de la Biodiversidad Halle-Jena-Leipzig (iDiv) y de la Universidad Martin Luther Halle Wittenberg (MLU), en Alemania.
A fin de aclarar mejor las tendencias al respecto, Van Klink y sus colegas compilaron una base de datos a partir de 106 estudios sobre comunidades de insectos utilizando datos recopilados durante períodos de entre 9 y 64 años.
El análisis mostró que, en general, el número de insectos terrestres disminuye anualmente un 1,5 %, mientras que la cantidad de especies comunes disminuye más rápido, un 8 % al año.
Los hallazgos desafían la noción de que los cambios en la biodiversidad de los insectos se deben a la pérdida de especies más raras.
El estudio destaca que las pérdidas de especies anteriormente dominantes no se vieron compensadas por el aumento del número de especies más raras, lo que genera consecuencias de gran alcance, pues numerosas especies son el principal alimento de aves y otros animales.
Por ello, según los expertos, los cambios identificados pueden conllevar la reestructuración de cadenas alimentarias y ecosistemas enteros.