De mito a realidad. Científicos de todo el mundo han dado credibilidad a la terrorífica leyenda que asola muchos pueblos latinoamericanos donde un famoso ser mitológico (hasta ahora) conocido como el Chupacabras, asesina ferozmente al ganado cuyos cuerpos aparecen drenados en sangre y repletos de heridas punzantes.
Muchos han sido los que han afirmado divisar al temido Chupacabras: una criatura bípeda con púas en la espalda, largas garras y ojos grandes y brillantes. Como si de un extraterrestre se tratara, su descripción y su historia han asustado siempre a los ciudadanos de Puerto Rico donde fue visto por primera vez en el año 1995.
Aquí, los habitantes del pequeño pueblo puertorriqueño de Canóvanas se encontraron por primera vez a ocho ovejas domésticas con severas heridas en la zona del pecho, por las que aparentemente había sido succionada toda la sangre de sus cuerpos. Meses después, una testigo conocida como Madeleyne Tolentino describió a la criatura escamosa de color gris verdoso con forma de reptil.
Un tiempo más tarde el incidente volvió a ocurrir, esta vez con un rebaño de 150 animales y pronto los reportes se trasladaron a República Dominicana, Argentina, Colombia y México, entre otros. Sin embargo, su verdadero origen ya lo delineó el escritor Sir John Franklin en su libro ‘Journey to the Polar Sea’ en 1823, describiendo sus “melancólicos sonidos y los lamentos de estos infelices seres”.
Ahora, una investigación dirigida por el miembro del Comité para la Investigación Escéptica de Estados Unidos Benjamín Redford ha revelado el misterio que se esconde detrás del quimérico Chupacabras. “No quería ridiculizar el caso ni descartarlo”, ha declarado el investigador en una entrevista para la BBC. “Si el Chupacabras era real, quería encontrarlo”.
Para hacerlo viajó por el desértico Estado de Texas en Estados Unidos donde analizó “12 cadáveres sin pelo, con aspecto demacrado y señales de quemaduras en la piel”. Sin embargo, un estudio de ADN reveló la verdad. Aunque su aspecto no era de este mundo, se trataban de especies tan comunes como las hienas. El motivo de su mutación se debía a un caso severo de sarna sarcópica extrema causada por los ácaros, una enfermedad muy común en animales callejeros.
SARCOPTES SCABIEI
Según Barry OConnor, biólogo de la Universidad de Michigan, el ácaro responsable de la extrema pérdida de pelo que se observa en el “síndrome del Chupacabras” es el Sarcoptes scabiei, que causa también escozor, entre otros síntomas. Un parásito que siempre ha convivido con la especie humana contra el que las personas hemos desarrollado defensas.
Por eso, el ácaro se instala en animales salvajes miembros de la familia canina como los zorros, los lobos, los perros o los coyotes, provocando el engrosamiento de su piel y signos que le otorgan un aspecto monstruoso al que muchos, todavía hoy, siguen temiendo.
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