En las primeras declaraciones tras declararse inocente, el capo mexicano de la droga Ismael “El Mayo” Zambada aseguró que fue “secuestrado y traído” a EEUU para su detención. También aclaró varios elementos alrededor de su dramático arresto.
WASHINGTON — Celia Mendoza – El capo mexicano de la droga Ismael “El Mayo” Zambada aclaró que no se entregó ni entró “voluntariamente” a EEUU, sino que fue “secuestrado y traído” al país para su detención, en una carta remitida a la Voz de América por su abogado, Frank Pérez.
“Deseo decir desde el principio que no me entregué y que no vine voluntariamente a Estados Unidos. Tampoco tenía ningún acuerdo con ninguno de los dos gobiernos. Al contrario, fui secuestrado y traído a Estados Unidos por la fuerza y contra mi voluntad”, insistió Zambada en la misiva de dos páginas, escrita desde la prisión federal donde permanece.
Esta declaración escrita es la primera que ofrece Zambada, de 76 años, tras haberse declarado “no culpable” de los siete cargos imputados en su contra en el Distrito Oeste de Texas. La mayoría por tráfico de narcóticos, uso de armas de fuego y homicidio.
El buscado narcotraficante fue detenido el pasado 25 de julio junto Joaquín Guzmán López, hijo del Chapo Guzmán, en una arriesgada operación que habría orquestado Guzmán López para entregarlo a las autoridades estadounidenses.
El mensaje de Zambada se produce poco después de que el embajador de EEUU en México, Ken Salazar, informara que “El Mayo” Zambada llegó a Texas en un avión privado “contra su voluntad”, aunque el otro arrestado junto a él, Joaquín Guzmán López, sí se entregó.
“El Mayo”, quien había logrado evadir la justicia por décadas a pesar de tener una recompensa de 15 millones de dólares por información sobre su paradero; reveló en su carta que Guzmán López, el hijo de su compadre “El Chapo” Guzmán – a quien conoce desde niño – le pidió que asistiera a una reunión para ayudar a resolver algunas diferencias entre Rubén Rocha Moya, gobernador del estado de Sinaloa, y Héctor Cuen Ojeda, exdiputado federal mexicano, alcalde de Culiacán y rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS).
Según la versión de Zambada, le aseguraron que estarían presentes junto a Iván Guzmán Salazar, otro de los hijos de Joaquín Guzmán Loera, conocidos como “Los Chapitos”. La cita fue pactada a las 11:00 am en un centro de eventos a las afueras de Culiacán.
EEUU ya ha asegurado que no estuvo implicado en la operación. El embajador Salazar en conferencia de prensa indicó, sin dar detalles, que “esto era una operación entre los cárteles donde uno entregó al otro”.
Ismael “El Mayo” Zambada sí ahondó en el tema. El capo de la droga afirma que confió en la “naturaleza de la reunión” y llegó al lugar junto a José Rosario Heras López, comandante de la Policía Judicial del Estado de Sinaloa, y Rodolfo Chaidez, a quienes nadie a vuelto a ver, según el acusado.
“Me condujeron a otra sala que estaba a oscuras” relató Zambada sobre su experiencia. “En cuanto puse un pie dentro de aquella habitación, me tendieron una emboscada. Un grupo de hombres me asaltó, me tiró al suelo y me colocó una capucha de color oscuro en la cabeza. Me ataron y esposaron, y luego me obligaron a meterme en la caja de una camioneta”, agregó.
Tras su arresto en EEUU, el abogado de defensa Frank Pérez ya se había referido a los maltratos físicos que su cliente al parecer había recibido a manos de Guzmán López. El hijo de “El Chapo” fue trasladado después de su captura a Chicago, donde se declaró no culpable de los cargos de tráfico de drogas, lavado de dinero y posesión de armas.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ya había dicho que Guzmán López estaba en negociaciones con autoridades estadounidenses para entregarse y había dejado la puerta abierta de que “El Mayo” pudiera haber hecho lo mismo.
Esto lo niega Zambada, quien recuerda los sucesos anteriores a su arresto como un “calvario”. “Me sometieron a malos tratos físicos, que me causaron lesiones importantes en la espalda, la rodilla y las muñecas. Después me llevaron a una pista de aterrizaje a unos 20 o 25 minutos de distancia, donde me obligaron a subir a un avión privado”, dijo.
La aeronave aterrizó en Santa Teresa, Nuevo México, en la zona fronteriza con El Paso, Texas, tras un vuelo de entre dos horas y media a tres, indicó Zambada. “Joaquín me quitó la capucha de la cabeza y me ató con bridas al asiento. En el avión no había nadie más que Joaquín, el piloto y yo”.
En la pista de aterrizaje en Texas los esperaban los agentes federales estadounidenses. Sin embargo, según el embajador estadounidense Ken Salazar, – el primer alto funcionario de EEUU en hablar públicamente sobre estas detenciones-, su gobierno no violó la soberanía mexicana: “No fue un avión de los Estados Unidos, no fue un piloto de los Estados Unidos, no fueron nuestros agentes o nuestra gente en México”.
Mientras Ismael Zambada sigue detenido esperando su traslado a Brooklyn, luego de que el Departamento de Justicia decidiera entregar el caso a Nueva York; donde se espera que se declare no culpable de los 13 cargos que enfrentaría, según documentos públicos a los que tuvo acceso la Voz de América, y confirmó una fuente con conocimiento de las negociaciones. El detenido busca dejar claro que nunca fue su plan entregarse.
“La idea de que me entregué o cooperé voluntariamente es completa e inequívocamente falsa. Me trajeron a este país por la fuerza y bajo coacción, sin mi consentimiento y contra mi voluntad”, reiteró el acusado.
“El Mayo”, junto a Joaquín “El Chapo” Guzmán, condenado a cadena perpetua en EEUU y Juan José Esparragoza Moreno, el misterioso “El Azul”, supuestamente muerto; formó parte del núcleo fundador del Cártel de Sinaloa, siendo Zambada el último líder visible de la agrupación.
El narcotraficante aprovechó la carta para pedir claridad frente al asesinato de Héctor Cuen Ojeda, quien de acuredo a la versión de oficial fue baleado en una gasolinera la noche del propio 25 de Julio, en un supuesto intento de robo. Sin embargo, de acuerdo con “El Mayo” – quien describió a Cuen Ojeda como “amigo mío desde hacía mucho tiempo”-, este habría sido asesinado en centro de eventos fijado para la reunión pactada. “Lo mataron a la misma hora y en el mismo lugar donde me secuestraron”, dijo.
Zambada pidió transparencia sobre los hechos a los gobiernos de México y Estados Unidos. Al mismo tiempo, aprovechó para hacer una petición: “Hago un llamado a los sinaloenses a la mesura y a mantener la paz en nuestro estado. Nada se resuelve con violencia. Ya hemos recorrido ese camino y todos perdemos”.
El arresto de “El Mayo” Zambada ha dejado un vacío en el liderazgo del Cártel de Sinaloa, lo cual podría generar una guerra interna por el control de la organización, como ha ocurrido en el pasado. A las implicaciones del arresto del narcotraficante se ha referido el exagente de la DEA Mike Vigil en declaraciones a la VOA.
Tras hacerse pública la detención de “El Mayo”, el gobierno mexicano reforzó su despliegue militar en Sinaloa con el envío de 200 miembros de la unidad de Fuerzas Especiales del Ejército a Culiacán.
El narcotraficante mexicano y presunto líder del Cártel de Sinaloa será presentando en la misma corte de Brooklyn donde fueron condenados “El Chapo” Guzmán y el exsecretario de Seguridad de México, Genaro García Luna.