La relación del actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y el más rico de México, Carlos Slim Helú, comenzó hace más de una década durante el mandato de Felipe Calderón Hinojosa (2006-20012). Sin embargo, sus lazos se estrecharon cuando el actual Ejecutivo ocupó la Presidencia del Gobierno y le propuso una inversión a Slim.
Cinco meses después de su toma de posesión, la “amistad” parece haberse deteriorado.
Con la llegada al Gobierno, López Obrador le propuso invertir en la Avenida Paseo de la Reforma. “No le dije que no. Le propuse invertir en el Centro Histórico”, según declaraciones del multimillonario recogidas por ‘Infobae’ en una conferencia de prensa en la que defendió al Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM).
El mandatario sopesó si debía continuar o no con la construcción del aeropuerto en la capital mexicana, al igual que hizo con la propuesta del tren maya.
Valorado en 13.000 millones de dólares, Slim contactó con el presidente para pedir su apoyo y salvar el proyecto del aeropuerto ofreciendo, además, entregarle al sector privado y hacerse cargo de la iniciativa, según han señalado varios medios locales.
Las dudas sobre el estado de la relación entre los dos influyentes emergieron cuando López Obrador canceló la construcción de la infraestructura, tras realizar una consulta ciudadana a través de la red social Twitter.
Esta hipótesis no ha sido confirmada por ninguna de las partes, pese a que el mandatario aseguró el pasado mes de marzo que Slim se va a jubilar durante su mandato.
Al parecer, ahora el empresario Ricardo Salinas Pliego es el sustituto del magnate y es que López Obrador ha visto un gran interés en sus tiendas y oficinas bancarias, canales clave para los programas sociales del izquierdista.