El ministro de Defensa colombiano, Guillermo Botero, ha responsabilizado directamente este viernes al Ejército de Liberación Nacional (ELN) del atentado con coche bomba registrado la víspera en una escuela de Policía de Bogotá que se ha saldado hasta el momento con 20 víctimas mortales. En consecuencia, ha anunciado la ruptura del diálogo de paz iniciado hace dos años con la guerrilla.
“Todas estás vidas fueron destruidas por un acto repudiable dirigido por el ELN”, ha denunciado el ministro. En rueda de prensa, Botero ha señalado que el autor material del atentado, al que se había identificado como José Aldemar Rodríguez, era miembro del ELN y empleaba el alias de ‘El Mocho’ o ‘El Kiko’.
Según el ministro, desde 2010 era responsable de explosivos en la que ahora es la principal guerrilla del país y habría estado activo últimamente en Venezuela, donde se dedicó a formar a guerilleros en el uso de explosivos.
Por otra parte, en la misma rueda de prensa, el fiscal general, Néstor Humberto Martínez, ha confirmado el arresto de Ricardo Andrés Carvajal Salgar en relación con el atentado, confirmando así la información adelantada por la prensa. Según el fiscal, el detenido sería uno de los autores intelectuales del mismo.
Al menos 20 personas murieron el jueves en el atentado registrado en la Escuela de Cadetes de Policía General Santander, en Bogotá, en el que también perdió la vida el conductor del vehículo y autor material del mismo, si bien aún no está claro si se trató de un acto suicida.
Fin al diálogo de paz
Por su parte, el Alto Comisionado para la Paz, Miguel Ceballos, ha informado en la comparecencia de que el Gobierno ha decidido romper las negociaciones destinadas a acabar con el conflicto armado. “No habrá ningún espacio de diálogo con el ELN”, ha dicho.
El Gobierno de Juan Manuel Santos inició en febrero de 2017 un diálogo de paz con el ELN, con la esperanza de sumar a la que entonces era la segunda guerrilla de Colombia al acuerdo de paz firmado en noviembre de 2016 con las FARC, hoy convertidas en partido político.
El nuevo presidente, Iván Duque, decidió suspender el diálogo de paz a su llegada a la Casa de Nariño, el pasado mes de agosto. Había exigido al ELN que renunciara a su actividad criminal y liberara a todos los secuestrados, algo a lo que los insurgentes se habían negado acusando al Gobierno de imponer condiciones unilaterales.
Aunque el diálogo de paz llevaba cinco meses en punto muerto, el jefe negociador del ELN, ‘Pablo Beltrán’, había confirmado reiteradamente la voluntad del grupo armado de pactar el fin de la guerra. Sin embargo, algunos miembros y frentes del ELN, que funciona como una ‘federación de guerrillas’, eran contrarios al diálogo.