El diplomático ha muerto en su puesto de trabajo en vísperas de su cumpleaños 65
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia ha anunciado que este lunes ha fallecido Vitali Churkin, político y diplomático ruso que desde 2006 se desempeñó como representante permanente de Rusia ante la ONU.
El alto funcionario ha muerto en su puesto de trabajo en vísperas de su cumpleaños 65 en Nueva York, EE.UU., según informa el comunicado oficial de la Cancillería rusa. El Ministerio ha expresado su más sentido pésame a los familiares y amigos de Churkin.
Churkin comenzó su carrera diplomática en los años 70 en el departamento de traducciones del Ministerio de Relaciones Exteriores de la URSS. En los años 80, trabajó como segundo y luego primer secretario de la embajada soviética en EE.UU. Además de otros cargos diplomáticos de alta importancia que ocupó, fue embajador ruso en Bélgica desde 1994 hasta 1998, y embajador en Canadá de 1998 a 2003.
Acciones decisivas
Churkin siempre ha defendido la posición de Rusia ante el Consejo de Seguridad de la ONU, a veces entrando en duelos verbales con las potencias occidentales. En el período de su actividad en el Consejo de Seguridad de la ONU ha utilizado en varias ocasiones el derecho de veto.
• El 4 de febrero y el 19 de julio de 2012 vetó un proyecto de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Siria.
• El 15 de marzo de 2014 vetó un proyecto de resolución sobre Ucrania.
• El 29 de julio de 2015 vetó un proyecto de resolución sobre el establecimiento del Tribunal Internacional del accidente del vuelo MH17 de Malaysia Airlines que se estrelló el 17 de julio de 2014 en la región de Donetsk.
“La muerte de Churkin es una pérdida irreparable”
El viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Riabkov, ha expresado su más sentido pésame tras la muerte súbita de Vitali Churkin, diplomático ruso que desde 2006 se desempeñó como representante permanente de Rusia ante la ONU.
Riabkov ha indicado que Churkin “fue un gran especialista fiel a su deber y profesión”, lo que provocaba “admiración entre sus colegas y envidia entre sus enemigos”. “Su muerte es una pérdida irreparable no solamente para la diplomacia, sino para todo el país”, ha asegurado el alto funcionario de la Cancillería rusa.